Y para muestra un botón: le pedimos a GPT-4 que redactara un artículo de nuestra temática. Un tema fácil, del que pudiera tener una gran capacidad de recopilar datos, un artículo «evergreen» sobre la Estación Espacial MIR.
Tras varias preguntas clave, para que el texto fluyera, obtuvimos un resultado final de 1300 palabras. Una cantidad totalmente aceptable, que entra en los márgenes estándar de publicación de cualquier tirada digital. Pero es lo único que hizo bien.
Si este artículo lo entregara una persona a su editor, sería despedido en el acto. Hicimos una revisión de datos clave, como fechas y eventos y encontramos un total de ocho errores imperdonables. Errores de información, que confundirían al lector y harían perder prestigio a cualquier medio que publicara un artículo así.
Por si esto no fuera poco, podemos comprobar que el estilo de redacción, en este caso, tampoco es aceptable. Errores de sintaxis, gramaticales, nula capacidad de encontrar sinónimos, algo totalmente penalizado. En definitiva, un artículo impublicable, plagado de errores, que mejoraría ya no solo cualquier periodista, sino cualquier estudiante de primaria que le pusiera un poco de atención a lo que escribe.