Los «chemtrails» (contracción de «chemical trails» en inglés) es una teoría de conspiración que afirma que las estelas visibles dejadas por aviones en el cielo son en realidad productos químicos rociados intencionalmente por gobiernos u otras entidades con fines ocultos. La realidad, que cualquier niño de primaria sabe, es que estas «estelas de condensación» o «contrails» en inglés, son las que suelen dejar los aviones cuando expulsan vapor de agua como parte de su funcionamiento, transformándose en hielo debido a las bajas temperaturas de las altitudes a las que vuelan.
Octavio Alonso
La conspiración tiene muchas aristas. Puede servir para manipular el clima, controlar la población, esparcir enfermedades o incluso en actividades de modificación de este con fines militares. El mero hecho de poner esto negro sobre blanco me resulta vergonzante, pero esta es nuestra realidad como sociedad, la ignorancia siempre ha sido muy atrevida y ahora tienen un magnífico altavoz para ser escuchados. Solo hay que mirar arriba y pensar en tu idea más loca, luego publícala en Twitter, y voilà… tu plato de conspiración está servido. ¡Qué aproveche!
La conspiración más fácil de observar es la más peligrosa
Estas estelas que todos vemos cada día, tienen un comportamiento diferente. Es fácil atribuirles tus problemas cuando tu inteligencia es la justa para atarte los cordones de los zapatos. Que hace mucho que no llueve o al revés, que llueve mucho, evidentemente son los chemtrails. Que me duele la espalda o la cabeza, malditos líderes mundiales que infestan nuestros cielos.
Científicamente hablando demostrar que algo no existe siempre es más complicado que probar evidencias. Jugar en la liga de un indocumentado, bajar al barro y ensuciarte es complicado ya que te están esperando con todas sus armas. Es una tarea imposible, una vez que alguien compra una mega conspiración se pega a ella como un niño a su helado, la idea de ser más listo que el resto y pertenecer al selecto grupo de la gente «despierta» no es para todos, es un refuerzo de identidad que cubre carencias intelectuales.
Pero y ¿por qué es peligroso? Sencillo. Difundir el mensaje de la conspiración cual secta que capta a sus adeptos crea confusión y desinformación, pero los más hiriente es como se socava la credibilidad de la comunidad científica. Atribuir el problema de las sequías a la fumigación controlada y no al más que probado cambio climático es inadmisible. Es fundamental basarse en las pruebas respaldadas por la ciencia para abordar el problema del clima, difundir estas ideas negacionistas puede contribuir a que más personas se unan a su selecto club. Es un simple acto de propaganda, pero esta puede arrinconar el problema real mientras el planeta se encuentra en un punto de no retorno. No debemos entrar en debate directo pero es necesario señalarles públicamente.
Por concluir, no está demás recordar que el cambio climático es un complejo causado principalmente por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, como el dióxido de carbono y el metano, debido a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva. Estos gases atrapan el calor en la atmósfera, lo que provocan un aumento de la temperatura promedio de la Tierra, lo que tiene efectos significativos en el clima global, como el aumento del nivel del mar, eventos climáticos extremos y cambios en los patrones de precipitación.
La respuesta más sencilla suele ser la más probable. La gran conspiración mundial que debería implicar a numerosos agentes es absurda, los chemtrails no existen pero seguirán «despiertos».