En conjunto, estos efectos, similares a los que permiten a la calcita de las conchas de los moluscos o a las púas de los erizos ser enormemente resistentes, han hecho que los morteros y estucos de las construcciones de la antigua civilización maya hayan llegado hasta nuestros días en un estado de conservación en ocasiones excelente.
Aparentemente, la tecnología de la cal desarrollada por los antiguos mayas y probablemente otras civilizaciones antiguas que usaban aditivos orgánicos naturales para preparar morteros y estucos de cal, explotó fortuitamente una ruta biomimética (es decir, que imita a la naturaleza) para mejorar el rendimiento de los ligantes de estos materiales a base de cal.
“El uso de extractos de plantas en la actualidad podría ayudarnos a desarrollar nuevos morteros, enlucidos y estucos a base de cal optimizados y compatibles para la conservación del patrimonio histórico-artístico y la construcción moderna y sostenible”, comenta el investigador.
“Nuestros resultados allanan el camino para el diseño de nuevos ligantes biomiméticos a base de cal que incluyan compuestos orgánicos naturales o sintéticos con funcionalidades específicas, o con efectos endurecedores conocidos, como los de los compuestos orgánicos presentes en los biominerales calcíticos”, concluye.
Referencia:
Rodríguez-Navarro, C. et al. “Unveiling the secret of ancient Maya masons: Biomimetic lime plasters with plant extracts”. Science Advances (2023)