James Webb hace un hallazgo inesperado en un planeta del tamaño de la Tierra

El telescopio espacial JWST, diseñado para estudiar planetas rocosos que orbitan estrellas enanas frías, ha observado extensamente TRAPPIST-1 b, el planeta más cercano a la estrella TRAPPIST-1. Este sistema, formado por siete planetas del tamaño de la Tierra, es un laboratorio único para investigar atmósferas planetarias. Un nuevo estudio, publicado en Nature Astronomy, analiza datos infrarrojos recogidos en 2022 y 2023 para determinar si TRAPPIST-1 b tiene atmósfera.

Impresión artística de Trappist-1 b poco antes de que pase por detrás de la estrella enana roja fría Trappist-1. Este tipo de estrellas son conocidas por su actividad, con grandes manchas estelares y erupciones. Trappist-1 b puede experimentar un intenso vulcanismo./

Un estudio publicado en Nature Astronomy destaca la dificultad de confirmar la existencia de atmósferas en exoplanetas mediante datos térmicos de banda ancha. Esta problemática toma relevancia en el marco del programa «Rocky Worlds» del Space Telescope Science Institute, que aplicará este método a numerosos exoplanetas rocosos.

Emisión infrarroja: un método clave

El análisis se centra en medir el calor emitido por el planeta en longitudes de onda de 12,8 y 15 micras. Estos datos permiten evaluar escenarios de superficie y atmósfera. Estudios previos sugerían que el planeta podría ser una «roca desnuda» sin atmósfera, pero las nuevas mediciones apuntan también a la posibilidad de una atmósfera rica en CO2 con brumas.

 Aunque el escenario más probable apunta a una superficie rocosa sin atmósfera, no se descarta un modelo más complejo con dióxido de carbono y brumas

«Los planetas alrededor de estrellas enanas frías son ideales para investigar atmósferas por primera vez», explica Elsa Ducrot, del Commissariat aux Énergies Atomiques de París. Las brumas, similares a las de la luna Titán, podrían generar una inversión térmica que explica el comportamiento inusual del CO2 observado.

Hipótesis viables y futuros pasos

Aunque el modelo de roca desnuda sigue siendo el más probable, el estudio no descarta la posibilidad de una atmósfera compleja. Michaël Gillon, de la Universidad de Lieja, señala que observaciones futuras del flujo del planeta durante su órbita podrían resolver el misterio: «Si el calor se redistribuye del lado diurno al nocturno, podría indicar la existencia de atmósfera».

Hay dos posibles escenarios para TRAPPIST-1 b: una superficie de roca ultramáfica o una atmósfera rica en CO2. Nuevas mediciones serán clave para resolver el misterio

David Barrado, del Centro de Astrobiología (CAB), destaca el papel clave del instrumento MIRI del JWST, desarrollado con participación española: «Estas capacidades, junto con nuevos satélites como PLATO, prometen grandes avances en la caracterización de exoplanetas». Además, el CAB ha contribuido directamente al análisis e interpretación de los datos recogidos, evaluando modelos de superficie y atmósfera para determinar los escenarios más probables para TRAPPIST-1 b.
 
CAB/SINC

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