El animal prehistórico que recorrió miles de km para evitar su extinción

dientes de sable

La especie conocida como Inostrancevia habitó Siberia hace unos 252 millones de años. Los restos fósiles de la misma especie encontrados en Sudáfrica demuestran que recorrió miles de kilómetros para subsistir.

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Los fósiles de una antigua criatura con dientes de sable que solía vivir en Siberia hace unos 252 millones de años fueron encontrados en Sudáfrica, una prueba de que la especie recorrió unos 12.000 kilómetros a través del antiguo supercontinente terrestre Pangea, seguramente con la intención de evitar su extinción, según se detalla en un estudio publicado este lunes (22.05.2023) por la revista Current Biology.

En esa época, las especies que habitaban la Tierra vivía momentos críticos. A finales del Pérmico, un calentamiento global desencadenado por un desastroso vulcanismo en Siberia provocó la peor extinción masiva de la que se tiene constancia, condenando a casi el 90% de los seres vivos.

A diferencia del asteroide que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, esta extinción conocida como la “Gran Mortandad” se desarrolló a lo largo de un período prolongado, en el que las especies fueron pereciendo una a una.

Un depredador que trató de salvarse de la extinción

Esta criatura del tamaño de un tigre solo se conocía por fósiles excavados en Siberia, a orillas del mar Ártico, en el extremo noroccidental de Rusia. Pero ahora, los fósiles de esta especie llamada Inostrancevia hallados en Sudáfrica plantean un nuevo escenario: a largo de varias generaciones, este depredador recorrió medio mundo en un intento desesperado -y fallido- por sobrevivir.

Los fósiles sugieren que Inostrancevia abandonó su lugar de origen y recorrió con el tiempo -quizá cientos o miles de años- unos 12.000 km a través del antiguo supercontinente terrestre Pangea, en una época en la que los continentes actuales estaban unidos.

“No sobrevivió allí por mucho tiempo”

A pesar de utilizar el nicho ecológico de depredador superior en Sudáfrica, que había quedado vacante tras la desaparición de otras cuatro especies, el Inostrancevia “no sobrevivió allí mucho tiempo”, explicó el autor principal, Christian Kammerer, del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte.

“Por lo tanto, no tienen descendientes vivos, pero son un miembro del grupo más amplio llamado sinápsidos, que incluye a los mamíferos como representantes vivos”, añadió.

 

Características del depredador

Inostrancevia forma parte de un grupo de animales llamados protomamíferos que combinaban características de reptiles y mamíferos. Medía entre 3 y 4 metros de largo, aproximadamente el tamaño de un tigre siberiano, pero con un cráneo proporcionalmente más grande y alargado y enormes dientes caninos en forma de cuchilla.

“Sospecho que estos animales mataban a sus presas con sus colmillos caninos en forma de sable. O bien cortaban trozos de carne con sus incisivos dentados, o se la tragaban entera, siempre y cuando la presa fuera lo suficientemente pequeña”, explica Kammerer.

Los depredadores fueron los más afectados por la extinción

El vulcanismo desencadenó corrientes de lava por gran parte de Eurasia y bombeó dióxido de carbono a la atmósfera durante miles de años. Esto provocó un aumento de las temperaturas en todo el mundo, el agotamiento del oxígeno en los mares y la atmósfera, la acidificación de los océanos y la desertización global.

Los grandes depredadores eran especialmente vulnerables a la extinción porque eran los que más alimento y espacio necesitaban. Estos animales “suelen tardar relativamente mucho en madurar y tienen poca descendencia”, señaló Krammerer. Y agregó: “Cuando los ecosistemas se alteran, se reduce el suministro de presas o se limita el hábitat disponible, los grandes depredadores se ven afectados de forma desproporcionada”.

Similitudes con el cambio climático

Los investigadores ven paralelismos entre la crisis del Pérmico y el actual cambio climático inducido por el hombre: “Las dificultades a las que se enfrentaron estas especies fueron el resultado directo de una crisis climática de calentamiento global, por lo que no tuvieron más remedio que adaptarse o extinguirse”, expuso la coautora Pia Viglietti, del Museo Field de Chicago.

Y concluye: “A diferencia de nuestros predecesores del Pérmico, nosotros tenemos realmente la capacidad de hacer algo para evitar que este tipo de crisis del ecosistema se repita”.