De acuerdo con CEFORA, los hechos fueron observados por Jorge Polanco, el piloto de un avión de Aerolíneas Argentinas que se dirigía a Bariloche, y por los comandantes de un vuelo sanitario de la Gendarmería Nacional. «Polanco, en operación de aterrizaje, fue interceptado por un objeto que lo obligó a realizar una maniobra de escape de alto riesgo», detalló la organización.
El piloto del vuelo, que llevaba 102 pasajeros y tres tripulantes a bordo, le dijo a la torre de control: «Tenemos un objeto a la derecha formándonos. Tiene dos luces intermitentes brillantes. No sé, creemos que es un plato volador».
«No se movía ni se trasladaba según las leyes físicas conocidas. Al vernos descender, desapareció a toda velocidad», agregó. Sus dichos fueron ratificados por los miembros de Gendarmería que iban en el otro avión.
Además, en su informe posterior manifestó: «Cuando hice la maniobra de escape, el ovni ascendió a una velocidad increíble y se quedó suspendido en los 3.000 metros, esperando a que llegáramos».
La investigación oficial
En 2018 el Ministerio de Defensa argentino publicó las conclusiones de su investigación sobre el caso y responsabilizó por las luces observadas a un hombre llamado Juan Carlos Rivero, quien reconoció «por escrito» que «estaba probando un reflector de tipo ‘trazador de cielo’ esa misma noche».
Rivero sostuvo que no pudo ver «otra luz considerada extraordinaria en el cielo» e insistió en que mientras no hubo energía eléctrica «la única luz que vio» fue la del «reflejo en las nubes del haz de su propio proyector».
Agencia RT