Así se las gasta el volcán Kilauea, que en 2018 dejaba estas impresionantes imágenes de su fuerza.
Los volcanes de Hawaii son especialmente particulares, tanto es así, que sus erupciones son una categoría en sí misma entre varias que los geólogos han identificado.
Se llaman, por supuesto, «erupciones hawaianas» y se caracterizan no tanto por ser explosivas, sino por desprender lava que se derrama a través del cráter y de las grietas de las laderas del volcán.
La lava, que supera los 1.000 grados centígrados, puede viajar a velocidades que van desde 1 kilómetro por día hasta 10 kilómetros por hora, según datos del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile.
Aunque parezca líquida, la lava se comporta como un lunar en movimiento, por lo que una de las estrategias que se han intentado es fragmentarla para que pierda la fuerza con la que avanza.