A lo largo de su vida, Chaikovski creó una enorme cantidad de obras musicales: ballets, óperas, romanzas, sinfonías y conciertos para instrumentos musicale. Muchas de estas se conocen desde las primeras notas.
Ballets
El lago de los cisnes
Hoy en día, esta obra maestra es un símbolo del ballet. Sin embargo, su primer estreno en 1877 en Moscú fue un fracaso.
La melodía de Danza de los pequeños cisnes es una de las más conocidas obras clásicas.
La música de este ballet a menudo evoca asociaciones y recuerdos de Maya Plisétskaya, una de las principales bailarinas del siglo XX, que creó un carácter muy destacado de Odile (el cisne negro).
Cascanueces
Creado en 1892, en la actualidad es imposible imaginar la temporada navideña sin esta música.
La música de Cascanueces se distingue mucho de la tradición del género de ballet. Chaikovski utiliza imágenes musicales innovadoras. Además, añade mucho dramatismo al cuento sobre los sueños de una niña pequeña.
Una de las partes más conocidas de este ballet es el Vals de las flores.
La bella durmiente
Aunque este ballet dura casi tres horas, la música de Chaikovski hace perder la noción del tiempo.
Ópera
Piotr Ilich Chaikovski creó una decena de óperas —y solo tres ballets—, de las cuales se destaca Eugenio Oneguin, escrita en 1879. En esta ópera se puede escuchar la famosa polonesa de ballet.
Otras obras
El Concierto para piano y orquesta n.º 1 (1874-1875)
Aunque el compositor Nikolái Rubinstein —al que Chaikovski quiso dedicar este concierto— dijo que la obra «no era nada buena», en el siglo XX entró en el repertorio de los principales pianistas del mundo.
Las estaciones
Este conjunto de 12 piezas —una para cada mes del año— hoy en día es uno de los más interpretados por los músicos.