Al igual que los esturiones, esta especie es víctima de la caza furtiva, así como sus presas, lo que influye en su alimentación. Asimismo, también se ven afectados por la fragmentación y destrucción de su hábitat a causa de la presión de la agricultura y el desarrollo urbano.
“Para preservar la rica diversidad de la naturaleza, necesitamos áreas protegidas y conservadas de forma efectiva y gobernadas justamente, junto con una acción decisiva para responder al cambio climático y restaurar los ecosistemas”, concluye Bruno Oberle.