Donde la verdad queda en evidencia
Su falta de apoyo a la libertad de expresión es lo que me ha impulsado a escribir esta columna.
Hace tres días saltaba la noticia. Unos cuantos empleados de SpaceX habían firmado una carta pública pidiendo que de alguna forma se tratara de separar a Elon de SpaceX, al menos sus declaraciones. Estos empleados afirmaban sentirse avergonzados y distraídos por los tweets y polémicas del jefe de la empresa. Además de afirmar que lo mencionado causaba un problema de imagen pública para la SpaceX.
Estos empleados propusieron, además, para no únicamente quejarse en la carta, una serie de medidas correctivas para que estos hechos no afectasen a la empresa.
Hasta aquí parece algo razonable, unos empleados descontentos y que creen que pueden mejorar el lugar donde trabajan exponen sus problemas y proponen una serie de medidas para mejorar. Ningún daño, pese a que fuera una carta pública que ha trascendido a los medios, hay en este hecho.
Sin embargo, la respuesta de SpaceX ha sido fulminante. En lugar de tener en cuenta la opinión de los empleados o rechazarla. Pero si apoyas la libertad de expresión deberías fomentar la idea de exponer los posibles problemas de la empresa, los supuestos responsables de la carta han sido despedidos con carácter inmediato.
Libertad de expresión es poder hablar libremente sin miedo a las posibles consecuencias. Según Musk, en Twitter no existe libertad de expresión porque hay expulsiones de la plataforma, no puedes decir según que cosas, que a todos, o a la gran mayoría al menos, nos parecen lógicas. Sin embargo, unos empleados han expresado dudas sobre su papel en la empresa y ha hecho exactamente lo contrario de lo que nadie que defienda la libertad de expresión haría, los ha despedido a menos de 48 horas después de la noticia.