Venus es un mundo fascinante, aunque muerto en su superficie ante una abrasadora temperatura. La presión, cercana a la terrestre, que soporta en sus capas más altas de la atmósfera crea un espacio para que la vida aparezca. Sin embargo, se sabe poco de las causas que llevaron al mundo a su actual estado desolado. Sin embargo, una antigua sonda de la NASA, ha desvelado uno de los mecanismos en funcionamiento.
La vida más allá de la muerte de las sondas espaciales
Una sonda espacial genera terabytes de información. Esa cantidad de datos es inmanejable por un equipo humano limitado mientras se lleva a cabo la misión. Pero, una vez esta acaba, los científicos involucrados en esta vuelven a examinar los datos en busca de cosas que pasarán desapercibidas en un primer momento. Esto es lo que ha sucedido en esta ocasión.
La sonda Magallanes estudió Venus desde 1990 hasta 1994. En ese tiempo cartografió varias veces la superficie del planeta y anotó las distintas altitudes. Este dato es a la postre el actor clave a la hora de encontrar un volcán en la superficie del planeta.
Atla Regio es una región extensa, cercana al ecuador, de tierras altas y que alberga dos de los volcanes más grandes del planeta: Ozza Mons y Maat Mons. En parte, debido a esto se sospechaba que podía ser una región activa. Pero nadie, había logrado encontrar evidencias empíricas.
El proceso de descubrimiento fue complejo debido a que tuvieron que sumergirse en los datos de la Magallanes, que no son precisamente modernos, datan de 1990. Una vez en estos se dieron cuenta que en esta región había una zona en la cual los datos de febrero de 1991 no casaban con los de octubre. Las inconsistencias eran graves, sobre todo en un periodo de tiempo tan relativamente corto.
Realizaron simulaciones a fin de descartar algún otro tipo de resultado. Podía haber sido una avalancha, quizá cambios químicos. Pero, en estas quedó patente que el mecanismo más probable era una erupción volcánica.
Sabíamos que la Tierra no era única en volcanes. De hecho, los volcanes de Marte dejan pequeño al mismísimo Everest y creemos que las erupciones de aquellos gigantes opacaban el planeta llenándolo de ceniza.
Mucho más reciente, los volcanes de Marte dado que estos llevan inactivos decenas de millones de años. En una luna de Júpiter sabemos que hay vulcanismo activo hoy en día.
Esta luna, Ío, presenta un volcanismo simultáneo a nivel global. Se piensa que el responsable de estos episodios no es la dinámica interna de la luna, como sí sucede en la Tierra o como podría ser este caso de Venus. Si no que, el responsable sería Júpiter, que debido a su enorme gravedad desplazaría grandes cantidades de magma por el interior de su satélite, provocando que este sea expulsado. Aunque, existen varias hipótesis, y muchas más aún por plantear, pero el mecanismo real que genera estos cataclismos es desconocido por el momento.