Así es como la nave espacial Orión llegará a la Luna

Orion and European Service Module orbiting Earth

La sonda Mechta (renombrada posteriormente como Luna 1), a pesar de haber fallado en su objetivo de impactar contra la Luna, en 1958 se convertía en el primer objeto artificial en alcanzar a nuestro satélite natural, iniciando así la exploración lunar.

Entre 1969 y 1972, veinticuatro hombres la visitarían igualmente, 12 de ellos caminarían sobre ella. Por primera vez en casi 50 años un nuevo programa lunar está naciendo, siendo Artemisa I la primera misión que prepara el camino para la primera mujer y el siguiente hombre en pisar la Luna. Te cuento como llegará Orión a la Luna.

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Cohete SLS con la cápsula Orión en la plataforma de lanzamiento listo para despegar rumbo a la Luna el 29 de agosto. Créditos: ULA

Los gemelos Apolo y Artemisa

Dentro de la mitología griega, o al menos una de sus tantas versiones, el dios Zeus, en una de sus innumerables ‘aventuras’ dejó embarazada a Leto, una joven mortal. Castigada por Hera, esposa de Zeus, tuvo que vagar por el mundo en busca de un lugar donde no llegue el sol para dar a luz. Artemisa, diosa de la luz de la Luna, sería la primera en nacer y quien ayudaría a Apolo, dios de la luz del sol, a abandonar el vientre de su madre. El primer programa lunar sería nombrado en honor al segundo, y en respuesta el nuevo programa lleva el nombre de su hermana.

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Cohetes Saturno V (izquierda) y SLS (derecha).

En 1962, en la universidad de Rice, el presidente John F. Kennedy anunciaba al mundo el objetivo de llevar hombres a la Luna y traerlos sanos y salvos antes de finalizada la década, naciendo aquí el programa Apolo que buscaba cumplir ese objetivo en el menor tiempo posible. Liderada por el alemán Werner Von Braun y con la ayuda de varias empresas, se construyó el cohete Saturno V; un cohete de 3 etapas e impulsado en la primera por 5 poderosos motores F-1. Tras varias discusiones, se tomó la decisión de mandar un orbitador y un aterrizador en un solo lanzamiento, el módulo de comando y servicio y el módulo lunar respectivamente.

Para el programa Artemisa se tomó la decisión de aprovechar la herencia del Transbordador Espacial al reutilizar, modificar y mejorar varios de los componentes usados, por ejemplo, los motores laterales de combustible sólido, el tanque naranja externo y los motores RS-25 de combustible líquido. También aprovecharía la segunda etapa del cohete Delta IV, ahora encargada de propulsar la cápsula hacia la Luna. A diferencia del Saturno V la nave no llevaría un aterrizador, esta vez sería enviado primero y luego acoplados en espacio lunar.

Orión

La cápsula de nueva generación de NASA tiene la capacidad de llevar hasta 4 personas hacia la Luna; originalmente planeada para 6 tripulantes hacia la Estación Espacial Internacional, donde tendrían aire, agua, alimentos, electricidad y protección contra la radiación. Es la única parte de todo el cohete SLS (Sistema de lanzamiento espacial, por sus siglas en inglés) que tiene la capacidad de sobrevivir a la reentrada atmosférica. Además, es apoyada por el reutilizado módulo de servicio de las naves de abastecimiento ATV (Vehículo de transporte automático, por sus siglas en inglés).

Faltando 9.69 segundos para el lanzamiento los cuatro motores RS-25 se encenderían, en T-0 segundos se activarían los dos SRB y el cohete sería liberado de la plataforma y emprendería su viaje a órbita terrestre con la cápsula Orión. Tras haber gastado todo el combustible de los motores laterales y de la etapa central, entonces la etapa superior ICPS ignita un RL-10 que se apagaría una vez alcanzada la órbita de parqueo altamente elíptica.

TLI – Inyección translunar

Tras haber realizado las correspondientes comprobaciones, la cápsula Orión; a bordo del ICPS, inicia su rumbo hacia la Luna. El motor RL-10 es encendido nuevamente y durante aproximadamente 18 minutos se encargará de aumentar cada vez más el tamaño de la órbita de parqueo, hasta que esta intercepte con la Luna 5 días después. En las misiones Apolo se buscaba una trayectoria lo más rápida y barata posible, llegando en apenas 3 días. Para una prueba no tripulada se puede usar una de menor energía, pero más demorada.

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Representación de la distancia media y el tamaño entre la Luna y la Tierra a escala.

En el caso de la misión Artemis I, no tripulada, se busca probar una órbita distante retrógrada sobre nuestro satélite natural, una clase especial de trayectoria altamente estable que mueve la nave entre los dos puntos de Lagrange; puntos de equilibrio gravitacional entre la Tierra y la Luna.

Aunque desde un marco de referencia que rota junto con la Luna, se dé la impresión de estar moviéndose alrededor de nuestro satélite, la realidad es que se encuentra en, como su nombre indica, una órbita distante de la Tierra. En diciembre del 2021, gracias a estimaciones de posición según señales de radio, se cree la sonda Chang’e 5 estuvo en una órbita DRO.

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Comparación entre la trayectoria usada por la misión Apolo 11 (naranja); que duró 8 días, y Artemis 1 (azul); planeada para durar 4 semanas. Créditos: @bautze

En caso de algún fallo por parte del sistema principal y secundario de propulsión, la cápsula se encuentra en una trayectoria de retorno libre, es decir, en caso de no usar sus motores, la propia gravedad de la Luna la redirigiría hacia la Tierra. Esta misma planeación permitió a la tripulación del Apolo 13 regresar a salvo a pesar de una explosión en el módulo de servicio.

Pasados 5 días y medio desde el lanzamiento, Orión alcanzaría su punto más cercano a la Luna y usando su motor, reutilizado del Transbordador Espacial, cambiaría su trayectoria para aprovechar la gravedad lunar y 4 días después alcanzar e insertarse en una órbita DRO. Allí permanecería durante cerca de 11 días, hasta finalmente regresar a la Tierra, volviendo a sobrevolar nuestro satélite natural y tras una misión de 42 días, amerizaría, si todo sale bien.

Han pasado casi 50 años desde la última vez que humanos visitaron la Luna, y nunca habíamos estado tan cerca de volver a presenciar algo así. El programa Artemisa está aquí para quedarse e iniciar una nueva era de exploración espacial más allá de órbita baja, de donde no hemos salido en mucho tiempo.

Francisco Andrés Forero Daza
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