La posibilidad de escudriñar el cielo usando telescopios nos ha abierto las puertas a todo el universo. A lo largo de las últimas décadas los astrónomos han conseguido aprender sobre la evolución estelar. Empezando por buscar comprender cómo funciona nuestro Sol, hasta crear mapas y caracterizaciones detalladas de otras estrellas dentro y fuera de la Vía Láctea. Gracias al instrumento HETGS de Chandra, descubrieron por primera vez una eyección de masa coronal fuera del sistema solar.
Observatorio de rayos-X Chandra
Este es uno de los grandes observatorios de NASA. Como bien dice su nombre se enfoca en observar en uno de los segmentos más energéticos del espectro electromagnético. Permitiendo así analizar eventos en el universo de gran envergadura, tales como supernovas, colisiones entre estrellas y discos de acreción de agujeros negros.
El instrumento HETGS; por las siglas en inglés de espectrómetro de rejilla de transmisión de alta energía, empleando cientos de rejillas de oro que interceptan los rayos-X reflejados en los espejos del observatorio. El haz es separado en diferentes direcciones como hace un prisma a la luz del Sol. Usando una cámara y localizando el lugar donde el fotón lo impacta se puede conocer la energía que este cargaba.
Actividad coronal
El Sol es la estrella más cercana y que mejor conocemos. Esta sirve como referencia de medida para todas las demás del universo. Constantemente se detectan los eventos conocidos como CME; por las siglas en inglés de eyección de masa coronal, uno de los fenómenos magnéticos más poderosos en el sistema solar. Donde grandes cantidades de masa en forma de plasma es disparada desde las capas superiores hacia el espacio a gran velocidad y temperatura. Sin embargo, algo similar nunca había sido observado en otras estrellas.
Utilizando imágenes en alta definición de espectroscopia en rayos-X de una llamarada solar de la estrella activa HR 9024 se diferencia claramente líneas de corrimiento Doppler correspondientes a movimiento de plasma caliente. Este tiene una temperatura entre 10 y 25 millones de kelvins y una velocidad alrededor de los 250 kilómetros por segundo. Poco después se encontraron evidencias del llamado plasma frío (4 millones de kelvins) en un flujo de escape de la estrella a 90 kilómetros por segundo.
HR 9024 se encuentra a 450 años luz de la Tierra. Fue gracias a un enorme destello en rayos-X que los investigadores desearon profundizar en los datos. Al compararlos con los modelos creados a partir de la observación de nuestro Sol, hicieron una estimación sobre la cantidad de masa expulsada por el evento. Siendo alrededor de los 1 200 exagramos, o lo que es lo mismo, alrededor de 1 200 billones de toneladas. Superando por mucho la mayor eyección de la que se tiene registro en nuestro sistema solar.
Teoría contra realidad
Los datos recogidos de este fenómeno nos ofrecen una buena oportunidad para someter a prueba nuestros conocimientos sobre el comportamiento de las estrellas. Los diferentes eventos observados corresponden a los esperados. Esta CME es solo la primera de cientos, miles o millones que serán estudiadas en los próximos años, abriendo las puertas a conocer mejor nuestro Sol y el resto del universo.