Nuestros experimentos sugieren que los flujos piroclásticos son particularmente efectivos para generar tsunamis de gran amplitud con olas que pueden ser ocho veces más grandes que el espesor del flujo. El impacto del flujo con el agua genera primero un chorro de bolas sobre la superficie del agua, seguido de una primera ola de gran amplitud. En algunos casos, se observan ondas de baja amplitud detrás de la primera onda.
Las características de la ola más grande están controladas principalmente por el flujo de masa y el volumen de material que ingresa al agua, mientras que la altura máxima del agua puede ignorarse. Finalmente, una observación sorprendente es la dispersión de canicas en el agua en forma de avalancha submarina.. Estos flujos tienen la particularidad de propagarse a muy largas distancias provocando importantes daños a las infraestructuras marinas.
La importancia del tamaño de la ceniza en la generación de tsunamis
El tamaño de la gota, o «tamaño de la partícula», también puede desempeñar un papel importante en la amplitud de la onda, ya que controla en parte la capacidad del agua para penetrar a través del flujo. En tamaños muy pequeños, del orden de décimas de milímetro, la amplitud de la onda se vuelve independiente , lo que sugiere que el flujo se comporta como un medio no poroso.
Estos resultados confirman que los flujos piroclásticos generalmente cargados de ceniza fina están predispuestos a generar tsunamis de gran amplitud. Un mejor modelado de los tsunamis volcánicos requiere considerar el tamaño de las partículas de estos flujos volcánicos, ya que esto controla significativamente la penetración de agua dentro del flujo. Este estudio experimental proporciona una mejor comprensión de los tsunamis volcánicos generados por flujos piroclásticos y, por lo tanto, abre nuevas perspectivas en este campo.