Por primera vez, un equipo de astrónomos ha rastreado un ráfaga rápida de radio (FRB, por sus siglas en inglés) hasta las afueras de una galaxia elíptica antigua y extinta. Este hallazgo, detallado en dos estudios liderados por las universidades de Northwestern y McGill, desafía la creencia de que estos misteriosos eventos solo se originan en regiones de formación estelar activa.
Los estudios, publicados el 21 de enero en Astrophysical Journal Letters, proporcionan evidencia que amplía las posibles fuentes de los FRB. “La teoría predominante sugiere que los FRB provienen de magnetares formados a través de supernovas de colapso del núcleo”, explica Tarraneh Eftekhari, investigadora de la NASA y autora principal de uno de los estudios. “Sin embargo, en esta galaxia no hay evidencia de estrellas jóvenes, lo que sugiere que algunos FRB podrían estar asociados con sistemas más antiguos.”
Wen-fai Fong, coautora principal, destaca la importancia del hallazgo: “Este descubrimiento nos recuerda que, justo cuando creemos entender un fenómeno astrofísico, el universo nos sorprende.”
El FRB 20240209A fue detectado en febrero de 2024 por el experimento CHIME (Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment). A diferencia de otros de este tipo, esta ráfaga se repitió en múltiples ocasiones hasta julio de 2024, con 21 pulsos adicionales. Seis de estos fueron captados por un telescopio auxiliar ubicado a 60 km de la estación principal de CHIME, permitiendo a los astrónomos localizar con precisión su origen.
Tras identificar la ubicación del FRB, los investigadores utilizaron los telescopios Keck y Gemini para estudiar su entorno. Sorprendentemente, descubrieron que provenía de los límites de una galaxia de 11.3 mil millones de años de antigüedad, situada a 2 mil millones de años luz de la Tierra. Además, las simulaciones revelaron que es extremadamente luminosa y masiva, con una masa 100 mil millones de veces superior a la del Sol.
“Parece ser la galaxia anfitriona de FRB más masiva registrada hasta ahora”, indicó Eftekhari. registrada hasta ahora”, indicó Eftekhari. Sin embargo, lo más sorprendente es que el FRB se encuentra a 130 000 años luz del centro galáctico, en una región donde apenas hay estrellas.
El FRB 20240209A comparte características con otra ráfaga detectado en 2022 en el cúlmine de estrellas de la galaxia M81. “Ese hallazgo cuestionó las ideas convencionales sobre el origen de los FRB”, explica Fong. “Ahora, con este nuevo evento, podría ser que estemos viendo un patrón emergente.”
Todavía hay mucho por descubrir sobre los FRB. Su entorno podría ser clave para desentrañar su origen.
El estudio liderado por McGill sugiere que el FRB podría haberse originado en un cúmulo globular denso, un ambiente propicio para la formación de magnetares a través de fusiones de estrellas de neutrones o colapsos de enanas blancas. Para corroborar esta hipótesis, el equipo ha solicitado observaciones con el telescopio espacial James Webb.
Esta entrada fue modificada por última vez en 03/02/2025 16:50
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