Explota en órbita un satélite fabricado por Boeing

El satélite Intelsat 33e situado en órbita geoestacionaria servía como nodo de comunicaciones para Europa, África y partes de Asia. Se trata de una unidad de la plataforma Boeing 702 renombrado por la compañía de comunicaciones como EpicNG (nueva generación). Este catastrófico final sucede después de sufrir diversos fallos en la propulsión y que la unidad anterior fallara a los tres años de estar en órbita.

Imagen del satélite Intelsat 33E antes de su despegue en 2016 a bordo de un Ariane 5. Fuente: Intelsat/Arianespace

El enésimo problema de Boeing

Si había una sola rama de Boeing que no experimentase problemas era la de construcción de satélites. Sin embargo, estos acontecimientos ponen el foco en esta parte del negocio espacial. La única que les quedará si se materializa la venta de United Launch Alliance, aunque esa liquidación parece estar en vía muerta con las ofertas presentadas rechazadas.

Hay que añadir, que en los últimos años, la fabricación de satélites, un negocio bastante abierto y con competición había funcionado muy bien a los estadounidenses con una cartera de clientes veteranos, como la hoy damnificada Intelsat. Pero recién llegados y más contratos con el siempre rentable Departamento de Defensa habían catapultado a la división de defensa y espacio en rentabilidad.

Imagen procesada por Spaceflux que muestra varios de los restos provocados por la explosión

Los desperdigados restos del satélite, un problema

Tras la supuesta explosión, explicación más plausible según los involucrados que mantienen como alternativa el impacto de un micrometeorito. La Fuerza Espacial de los Estados Unidos han catalogado veinte fragmentos resultantes del incidente, pero podría haber más que debido a su tamaño no han sido detectados aún.

En general un evento de este tipo siempre es un problema, pero el añadido en esta ocasión es la órbita en la que ha sucedido. La órbita geoestacionaria, situada a más de 36 000 kilómetros implica que los restos quedarán en una zona especialmente empleada del espacio ultraterrestre durante milenios.