JWST descubre por accidente el asteroide más pequeño hasta la fecha

El Telescopio Espacial James Webb es el más poderoso de su clase. Fue elaborado en una colaboración entre la NASA, ESA y CSA. Su objetivo es descubrir el universo al observarlo en las bandas del infrarrojo del espectro electromagnético. Con el fin de calibrar los diferentes instrumentos se toman fotos individuales a las zonas vacías. Un equipo de astrónomos europeos encontró por casualidad en los datos de MIRI de prueba el asteroide más pequeño que ha visto Webb. Demostrando una vez el gran potencial para redescubrir nuestro vecindario.

Recreación digital del telescopio espacial James Webb en el espacio.

Un nuevo integrante a la familia

El sistema solar está plagado por una gran cantidad de objetos en variedad de formas, colores y tamaños. Desde los grandes planetas hasta los pequeños restos que estos dejaron en su formación. Ya han transcurrido más de 200 años desde el primer asteroide conocido y en la actualidad se conocen alrededor de 1.1 millones de estos. Siendo la región conocida como cinturón de asteroides donde mayor densidad existe.

Durante una prueba de calibración del instrumento de observación en el Infrarrojo Medio (MIRI) se produjeron algunos fallos que descartaron la imagen como inservible. Esto debido a un brillo mayor del esperado por parte del asteroide del cinturón principal 1998 BC1 y un mal apuntado por parte del telescopio. Sin embargo, los investigadores desearon usar estos datos para ensayar una nueva técnica de estimación de elementos orbitales y de tamaño.

Durante el estudio se encontró un objeto previamente desconocido de tamaño considerablemente menor al objetivo principal. Este se encontraba en el campo de visión y los cálculos estiman un tamaño de entre 100 y 200 metros de diámetro. Cuenta con una inclinación orbital muy baja, o lo que es lo mismo, se encuentra en el mismo plano de la Tierra.

Diagrama de los asteroides en el sistema solar interior. En este destacan en blanco los pertenecientes al cinturón principal y en verde los griegos y troyanos de Júpiter.

Serendipia

Este descubrimiento demuestra el potencial científico de datos presuntamente inútiles. Semejante a cómo ha ocurrido en previas ocasiones con información de archivo de misiones como el Hubble, la posibilidad de encontrar por casualidad algo completamente nuevo donde no se buscaba es latente. Solo hace falta tener la disposición a buscar y contar con un poco de suerte.

En las próximas semanas y meses se realizará una confirmación sobre el descubrimiento. Se desea poder caracterizar con la mejor precisión posible la órbita del nuevo asteroide y proveer de una mejor estimación sobre su tamaño. De momento este es considerado como el objeto más pequeño que ha logrado detectar el telescopio Webb.

En nuestros mejores modelos de evolución del sistema solar se predice una gran cantidad de objetos de tamaño semejante. Pero su estudio se ha limitado enormemente por la dificultad de observarlos en detalle. Futuras cacerías dedicadas a asteroides con un diámetro menor a un kilómetro ofrecerán una nueva perspectiva sobre la historia de nuestro vecindario. Además de ser este solo el primero de muchos que serán descubiertos de forma accidental.

Francisco Andrés Forero Daza
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