En cuanto al antioxidante delfinidina, que también otorga el impresionante color azul a las flores de Clitoria ternatea, ayuda a aumentar los niveles de colágeno y, por consecuencia, mejorar la elasticidad de la piel. La planta es rica en antocianinas —los pigmentos también presentes en el vino rojo y los arándanos—, que ayudan a fortalecer la vista y el cabello. El té azul también mantiene sanos los sistemas digestivo, cardiovascular y nervioso.
La experta en medicina natural Rachelle Robinett declaró en una entrevista con el medio británico Express que la conchita azul es un «nootrópico natural, lo que significa que puede potencialmente mejorar la función cognitiva», aunque afirmó que todavía se necesitan más estudios para probar esta hipótesis.
«Solo estamos empezando a entender y estudiar los componentes activos de esta planta», subrayó Robinett.
En 2015, un equipo de investigadores indios demostró que la Clitoria ternatea contiene sustancias activas como «alcaloides y flavonoides», entre otras, y su extracto tiene propiedades «antibacteriales, antidiabéticas, antidiarreicas, fungicidas, antihelmínticas, antiinflamatorias, antimicrobias, antioxidantes y antipiréticas». Asimismo, es capaz de fortalecer el sistema inmunitario y hasta curar las heridas.