Starship sin control, SpaceX vuelve a perder su cohete en otra jornada negra

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Las miradas se giran hacía Texas donde la Starship de SpaceX está a dos horas de realizar su octavo lanzamiento. La expectación es máxima después del desastroso séptimo vuelo que generó un caos aéreo en el Caribe. La velocidad a la que se ha producido el retorno a la plataforma de lanzamiento es máxima, impulsado por el nuevo poder que ostenta Elon Musk sobre la administración estadounidense.
Aunque esto se debe a que la brevedad del anterior impidió a los de Hawthorne probar absolutamente nada de lo implementado en la segunda versión de la nave. Pero hay una importante batería de mejoras esperando ser probadas.
Lo más importante para la empresa es que el dispensador de satélites funcione correctamente, porque es lo que les permitirá explotar la Starship en el futuro a corto plazo. Para verificar su funcionamiento varias réplicas de satélites Starlink V2 van a bordo de la nave. Pero no entrarán en órbita porque el desarrollo de la Starship no ha llegado al punto de enviar la nave a través de todo el globo aún.
No estamos lejos de ver ese momento, por las últimas informaciones, podrían estar esperando a que entre en servicio la segunda rampa de lanzamiento del complejo de Boca Chica. Esto debería suceder entre medidados y finales de año. Otra opción es la de emplear la rampa que están construyendo en el complejo LC-39A de Cabo Cañaveral.
Anexa a la torre empleada por los cohetes Falcon su estado de desarrollo está algo retrasado respecto la segunda de Boca Chica, pero su aprobación gubernamental debería ser más simple.
Empieza la carga de propelentes
SpaceX acaba de anunciar a 40 minutos del lanzamiento que empiezan la carga de propelentes. El oxígeno y metano líquidos fluyen ya hacía la Starship y el Super Heavy y pronto se empezará a formar hielo alrededor del lanzador.
En total los treinta y nueve motores Raptor 3 se beberán los 6,6 millones de litros que entrarán en la nave en algo más de 10 minutos.
La Starship mueve sus flaps mientras nos acercamos al lanzamiento y la cuenta atrás baja de diez minutos por fin. Estos flaps tienen algunas zonas no cubiertas por losetas térmicas, para poder probar su capacidad de sobrevivir sin ellas. Y al ser la zona más sensible del cohete es la mejor donde quitar escudo térmico y estudiar qué pasa, aunque puede acabar perdiendo un alerón.
Nos acercamos al momento del lanzamiento y en SpaceX están bastante seguros que la cuenta atrás no se va a detener a 40 segundos. Pues no, lamentablemente la Starship ha necesitado parar pero ya estamos de vuelta en la cuenta atrás.
La nave se alza majestuosamente por octava vez en los cielos del sur de Texas. Y rápidamente avanza sobre el momento de máxima presión aerodinámica. Apenas 90 segundos después del lanzamiento el vehículo ya supera los 20 kilómetros de altura y sigue acelerando más allá de los 2000 kilómetros por hora.
La separación se produce a 62 kilómetros de altura y sin apagar los motores de la primera etapa, se separan con éxito.
Las dos naves se separan correctamente y mientras desciende hacía la torre de lanzamiento la primera etapa Super Heavy eyecta el anillo que la protege durante el encendido de la segunda etapa.
Y tras el doble estallido sónico clásico de una reentrada de un cohete, la primera etapa es atrapada por los brazos de la torre de lanzamiento.
Y tenemos un nuevo fallo de la Starship, tras el aterrizaje del Super Heavy la segunda etapa ha perdido el control de actitud y ha empezado a dar tumbos en lo que estaba siendo un vuelo bastante tranquilo hasta ese punto.
Y se ha perdido la conexión con la Starship, aunque prematuro, es probable que haya explotado, pero esta vez la caída de restos no será tan significativa como la anterior ocasión. La diferencia es que en esta ocasión la nave se encontraba mucho más alta ya pero eso significa también más área con restos.
Por lo que se ha podido ver en la transmisión oficial, con una claridad envidiable gracias a las potentes antenas Starlink del cohete tuvo una explosión en la bahía de motores. Y varios motores perdieron empuje a partir de ese momento, principalmente el problema estaba en perder los tres centrales que son los que ofrecen control sobre su dirección de empuje y controlan el movimiento del lanzador fuera de la atmósfera.