Los modelos estándar involucran materia bariónica normal, es decir aquella compuesta por átomos y los elementos que forman las estrellas y todos los objetos que pueden verse con el ojo humano, que colapsa por su propia gravedad para formar agujeros negros que luego deben crecer hasta volverse supermasivos. Sin embargo, el trabajo encabezado por Argüelles propone un nuevo mecanismo de formación en base a halos de materia oscura que en su centro albergan altas concentraciones de ese componente invisible y principal del Universo que podría volverse tan denso que llegaría a colapsar en un agujero negro supermasivo. De acuerdo a esto, la formación sucedería mucho más rápido que en base a otros mecanismos y eso habría permitido que se formaran los agujeros negros supermasivos en el Universo temprano, incluso antes que las galaxias que hoy habitan, contrariamente a lo que se cree en la actualidad.
“Este nuevo escenario de formación puede ofrecer una explicación natural a cómo se formaron los agujeros negros supermasivos dentro de los halos de materia oscura en el Universo temprano sin requerir una formación estelar previa o la necesidad de invocar agujeros negros ‘semilla’ con tasas de crecimiento poco realistas”, comenta Argüelles, y añade: “En un trabajo publicado el año pasado, centramos nuestra teoría en el estudio de la Vía Láctea, y pudimos demostrar que no es necesario considerar la posibilidad de un agujero negro en su núcleo para explicar las observaciones, sino que estas también son consistentes con la existencia de un núcleo de materia oscura sin colapsar en el centro del halo galáctico”.
“Es importante mencionar que hay distintos tipos de galaxias. A grandes rasgos podemos decir que se dividen en dos grupos, las activas y las no activas. Las primeras son más masivas, más grandes y se las denomina de esa forma porque emiten radiación muy intensa y eventualmente tienen jets o chorros de materia que salen disparados desde el centro de manera perpendicular al plano de la galaxia. En las no activas, como la nuestra, eso no ocurre. Nuestro modelo sugiere que en las no activas podríamos prescindir de la idea de un agujero negro supermasivo, pero en las activas la concentración de materia oscura sí habría colapsado y devenido en uno, como en el caso de la reciente detección en M87”, explica en referencia a la primera imagen que se obtuvo de un agujero negro supermasivo, que alcanza una masa de 6.500 millones de soles. Adicionalmente, el experto destaca que según el modelo, la distribución de estas configuraciones de materia oscura concentradas en el núcleo y diluidas hacia afuera pueden permanecer estables durante la vida del Universo.