Un grupo de investigadores de EE.UU. y la India, en colaboración con la NASA, ha descubierto cuatro cepas de bacterias que viven en diferentes partes de la Estación Espacial Internacional (ISS), tres de las cuales eran, hasta ahora, completamente desconocidas para la ciencia. Su estudio se ha publicado en la revista Frontiers in Microbiology
Tres de las cuatro cepas se aislaron en 2015 y 2016: una se encontró en un panel superior de la estación de investigación; la segunda, en la cúpula; la tercera, en la superficie de la mesa del comedor. La cuarta se encontró en un viejo filtro de aire HEPA devuelto a la Tierra en 2011. Mientras que una cepa fue identificada como Methylorubrum rhodesianum, las otras tres no habían sido descubiertas previamente. Al secuenciarlas, los expertos descubrieron que todas pertenecían a una nueva especie y denominaron a las cepas IF7SW-B2T, IIF1SW-B5 e IIF4SW-B5. Sin embargo, su análisis genético reveló que todas están estrechamente relacionadas con Methylobacterium indicum.
El equipo ha propuesto llamar a la nueva especie Methylobacterium ajmalii en honor a Ajmal Khan, un reconocido investigador indio de la biodiversidad. Según el estudio, el hallazgo también está estrechamente relacionado con una especie ya conocida llamada M. indicum.
Así, las cuatro cepas pertenecen a la familia de bacterias Methylobacterium, cuyos ejemplares se encuentran en el suelo y el agua dulce. Estos microorganismos intervienen en la fijación del nitrógeno, el crecimiento de las plantas y pueden ayudar a detener los patógenos en la vegetación.
Los astronautas que viven en la estación llevan años cultivando pequeñas cantidades de alimentos, por lo que no es de extrañar que hayan aparecido microbios relacionados con las plantas a bordo de la ISS.
«Para cultivar plantas en lugares extremos donde los recursos son mínimos, es esencial aislar nuevos microbios que ayuden a promover el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés», explican los miembros del equipo en un comunicado.
Dado que estos microorganismos pueden sobrevivir a las duras condiciones de la ISS, los científicos sometieron a las cuatro cepas a un análisis genético para buscar rasgos que pudieran «contribuir al desarrollo de cultivos vegetales autosostenibles para misiones espaciales de larga duración en el futuro».