Nuevas imágenes revelan detalles sorprendentes de la sonda soviética que va a caer sin control sobre la Tierra

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Una sonda espacial lanzada hace más de 50 años, y destinada originalmente a Venus, podría regresar a la Tierra casi intacta. Nuevas imágenes revelan detalles sorprendentes, incluyendo la posible presencia de un paracaídas.

La segunda generación de la sonda atmosférica Venera, similar a la que lleva Cosmos 482 (Eureka).

Un pedazo de historia soviética atrapado en órbita

En 1972, en plena carrera espacial, la Unión Soviética lanzó la sonda Cosmos 482 como parte de su programa Venera (el ambicioso esfuerzo por explorar Venus). Sin embargo, la misión salió rana: un fallo durante el lanzamiento impidió que la sonda escapara de la órbita terrestre, dejando a la deriva su módulo de descenso, que desde entonces lleva más de medio siglo dando vueltas alrededor de la Tierra.

Este módulo, fabricado como un auténtico tanque espacial, fue diseñado para soportar las condiciones infernales de Venus (temperaturas abrasadoras de más de 460 grados y presiones 90 veces superiores a las de la Tierra). Esto plantea una gran incógnita: ¿podrá resistir también la reentrada a la atmósfera terrestre?

El astrónomo neerlandés Marco Langbroek, del centro de seguimiento SatTrackCam Leiden (Países Bajos), cree que sí. Según sus cálculos, el reingreso se producirá alrededor del 10 de mayo de 2025 (con un margen de ±2,2 días). Y advierte: “Es posible que sobreviva a la reentrada y caiga a la Tierra de una pieza”, dado su diseño robusto y la trayectoria poco pronunciada que seguirá.

Imágenes telescópicas de la nave soviética Cosmos 482 de descenso a Venus en órbita terrestre tomadas por el rastreador de satélites Ralf Vandebergh de los Países Bajos. (Crédito de la imagen: Ralf Vandebergh)

Imágenes nuevas revelan un detalle inquietante: ¿hay un paracaídas?

La expectación en torno a Cosmos 482 ha ido creciendo, especialmente tras la publicación de nuevas imágenes captadas por el astrónomo aficionado Ralf Vandebergh (también desde los Países Bajos). Armado con su telescopio, ha conseguido fotografiar el módulo mientras orbita nuestro planeta.

En las imágenes se distingue una esfera compacta y brillante, muy parecida al módulo de la sonda Venera 7 (el primer artefacto humano en aterrizar exitosamente en Venus). “¡Se ve claramente como una bola compacta! Esta serie de imágenes ya es una pasada”, comentó Vandebergh para el portal Space.com.

Al comparar el tamaño y altitud de Cosmos 482 con un satélite Starlink cercano (que mide aproximadamente 1,3 por 2,7 metros), se estima que la cápsula soviética está unos 130 kilómetros más cerca de la superficie, lo que ha permitido obtener imágenes de gran detalle.

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Lo más llamativo, sin embargo, es una estructura alargada y tenue que aparece en varios fotogramas. Vandebergh sospecha que podría tratarse del antiguo paracaídas de la sonda, que tal vez se desplegó parcialmente. “En 2014 ya me pareció verlo, y estas nuevas imágenes parecen confirmarlo”, afirmó.

El astrónomo también plantea que el objeto podría estar girando, lo que explicaría por qué el supuesto paracaídas solo es visible en ciertos momentos. Aun así, subraya que es pronto para sacar conclusiones: “Hace falta más tiempo para analizar bien lo que muestran las imágenes”.

Imágenes telescópicas de la nave soviética Cosmos 482 de descenso a Venus en órbita terrestre tomadas por el rastreador de satélites Ralf Vandebergh de los Países Bajos. (Crédito de la imagen: Ralf Vandebergh)

Un regreso inesperado desde la era de la Guerra Fría

Más allá del interés técnico y visual, el regreso de Cosmos 482 es también un recordatorio viviente de la historia espacial soviética. Este artefacto, creado para explorar otro planeta, se ha convertido en una cápsula del tiempo que está a punto de regresar a casa.

El evento también despierta preguntas científicas importantes: ¿Cómo han resistido los materiales tras 53 años en el espacio? ¿Qué ocurrirá si realmente sobrevive a la reentrada y toca tierra sin desintegrarse?

Aunque la probabilidad de que impacte en una zona habitada es baja (como suele ocurrir con estos objetos), los astrónomos y rastreadores de satélites seguirán observando su trayectoria de cerca durante los próximos días.

Lo que está claro es que la historia de Cosmos 482 no terminó en 1972. El epílogo de esta misión fallida se escribirá muy pronto, entre el fuego de la atmósfera terrestre… y quién sabe si también sobre la superficie del planeta.

astroaventura

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