Por si fuera poco, los tardígrados pueden sobrevivir a miles de veces más radiación que los humanos y a días y semanas «con poco o nada de oxígeno».
«Se ha demostrado que sobreviven y se reproducen durante los viajes espaciales, e incluso que pueden sobrevivir a una exposición prolongada al vacío en el espacio exterior», añade Boothby. Su equipo quiere fijarse en las interacciones químicas y moleculares entre los microbios que son beneficiosos para el sistema digestivo y sus huéspedes.