El lanzamiento comenzó instantes antes, 12 segundos antes del despegue se enciende el sistema de supresión de exceso de hidrogeno. Tras esto los motores principales, los RS-25 se encienden. Este proceso no es instantáneo. Necesitan seis segundos para que el motor se encienda, inicie la combustión y alcancen la potencia de despegue.
Tras esos seis segundos y cuando el cronómetro llegó a cero, los aceleradores laterales de combustible sólido se encendieron. La torre liberó el cohete. Los umbilicales de datos, electricidad y combustible se soltaron todos y por fin el cohete despegó.
Tras unos agónicos segundos el SLS libró la torre de lanzamiento y emprendió el camino a la órbita.
Tras librar la torre a unos 130 km/h y 170 metros de altura se inicia el programa de rotación. Esto aporta estabilidad al cohete mientras asciende por la atmósfera. Además de rotar el cohete cabecea ligeramente para adquirir velocidad horizontal.
El siguiente momento importante es el de máxima presión aerodinámica o Max-Q. Este es el momento de más estrés causado por la atmósfera al cohete. Se produce a algo más de 1700 km/h y una altitud de 13km algo más de un minuto tras el despegue.