Explosión de un motor cohete BE-4: problemas para las misiones del ejército estadounidense

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La compañía del multimillonario Jeff Bezos, Blue Origin, se enfrenta a un serio revés. Uno de sus motores cohete BE-4 explotó hace unos días durante una prueba rutinaria realizada en las instalaciones de la empresa espacial privada en Texas. Han pasado varios días hasta que la noticia ha salido a la luz. El motor BE-4, uno de los más avanzados del mundo, debe servir para impulsar la misión del cohete Vulcan de ULA (United Launch Alliance), dando reemplazo a los históricos Atlas V y Delta IV Heavy.

La empresa tiene un asiduo cliente, el ejército de Estados Unidos. Este puede ver mermados sus planes de situar, por ejemplo, satélites espía en órbita como ya hemos contando en numerosas ocasiones.

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Prueba de fuego estático del Vulcan realizada el el 7 de junio. Fuente: ULA

Los detalles, la fuente y lo que dice la compañía

El incidente ha salido hoy a la luz en un artículo publicado por el periodista especializado de la CNBC, Michael Sheetz. Este, cita fuentes anónimas según las cuales el motor explotó unos diez segundos después de un encendido de prueba. Siempre según la CNBC, el motor iba a utilizarse en el segundo lanzamiento del cohete Vulcan de nueva generación de United Launch Alliance. Este fue nombrando como Cert-2 y va a estar destinado a enviar el avión espacial Dream Chaser, de Sierra Space, en una misión de entrega de carga a la Estación Espacial Internacional.

Blue Origin ya ha entregado dos motores BE-4 a ULA para el primer lanzamiento Vulcan, Cert-1, cuya misión es desplegar los dos primeros prototipos de satélite para la red de banda ancha Project Kuiper de Amazon, en órbita baja terrestre, así como enviar el módulo de aterrizaje lunar robótico de Astrobotic de camino a la Luna.

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El cohete Vulcan Certification-1 (Cert-1) en Cabo Cañaveral antes del Flight Readiness Firing (FRF) en preparación para el vuelo inaugural. Fuente: United Launch Alliance

En un comunicado que también publica en su artículo la CNBC, Blue Origin confirmó el incidente.

Los técnicos ya han determinado la causa de la anomalía y están trabajando para corregirla. Nadie del personal ha resultado herido.

Además, los de Bezos explican que informaron inmediatamente a ULA del incidente. United Launch Alliance, recordemos formada por Boeing y Lockheed Martin, restan importancia al suceso y no creen que sea un problema importante por el momento.

El Director Ejecutivo de ULA, Tory Bruno, comentó en su cuenta de Twitter que “el BE-4 había sido calificado para el vuelo, lo cual significaba que su diseño general es sólido”.

“El motor que falló el 30 de Junio estaba pasando por una ATP (Acceptance Test Procedure) y estos fallos pueden ocurrir”, explicó Bruno en otro tweet.

Sin embargo, como siempre en este tipo de situaciones, debemos coger con pinzas el relato oficial. Podría ser mucho más grave que lo que las dos grandes compañías expresan en público. Por un lado, hay que señalar que la cadena de fabricación de Blue Origin no es muy elevada, a lo que un incidente de este tipo puede conllevar considerables retrasos.

Y, aunque expliquen públicamente que tienen ya detectado el fallo, llegar al punto final del error y la recertificación para vuelo puede demorar meses. Algo que nos sitúa con toda probabilidad en finales de 2023, principios de 2024 como mínimo. Blue Origin tiene una larga lista de problemas con estos motores a sus espaldas y un fallo en un test de este tipo, rutinario, no nos hace ser optimistas.

Dicho esto, cabe señalar como algo positivo que hayan realizado un WDR (Wet Dress Rehearsal) y un static fire completo.

Conviene recalcar que estos problemas afectan notablemente a las necesidades estratégicas de Estados Unidos. El Vulcan, junto con la familia Falcon de SpaceX están al cargo de todos los lanzamientos tripulados y militares confidenciales una vez el Atlas V termine sus misiones programadas.

Fallos en prueba, fallos en vuelo

Otra cosa fundamental que debemos señalar es que una de las razones principales para realizar estos test son las de encontrar anomalías, y aunque nos hallemos ante una explosión inesperada, es mejor que esto acabe sucediendo en el periodo de prueba que el día del lanzamiento. Recordemos el último incidente de Blue Origin en septiembre de 2022, cuando su cohete suborbital New Shepard NS-23 sufrió una explosión en vuelo.

La NS es la nave utilizada para hacer viajes turísticos privados suborbitales, y aunque en esa ocasión no llevaba personas a bordo, ha retrasado la agenda de Bezos de continuar con sus planes de lanzamiento. El mismo proceso, los ingenieros de la empresa evaluaron las causas, que no se han hecho públicas, y casi un año después parecen estar listos para lanzar otro vuelo no tripulado en las próximas semanas. Si este es un éxito, New Shepard podría comenzar a transportar pasajeros de pago nuevamente en unos meses.

Octavio Alonso