La carrera espacial colombiana: nuevo satélite en órbita

Los últimos años se ha dado un gran impulso a la exploración espacial desde diferentes empresas, instituciones, universidades y similares a lo largo del mundo. La disminución en los costos de lanzamiento de cargas a órbita ha facilitado el agregar más agentes al ecosistema aeroespacial. Colombia se ha visto beneficiada por esto. El 12 de abril de 2023 lanzará su tercer satélite a órbita a bordo de un Falcon 9 de SpaceX.

Recreación artística del FACSat-2 con sus paneles solares desplegados en órbita. Créditos: FAC

Primeros pasos

Antes de conocer al FACSat-2 es bueno dar un breve repaso por la historia del país. La idea de adquirir o codesarrollar un satélite ha sonado en conversaciones con el gobierno durante varios años. Esto impulsado por la Constitución Política de Colombia, más precisamente el Artículo 101 del Capítulo 4, donde se define como parte del territorio colombiano el correspondiente segmento de órbita geoestacionaria. Es decir, la región comprendida sobre el ecuador entre las longitudes 70 y 75 oeste a una altura de aproximadamente 36 000 kilómetros.

La idea de poder operar un satélite de telecomunicaciones no avanzó más allá de ser un sueño. A inicios del siglo XXI, el ex director de Colciencias Cesar Ocampo expresó el deseo de apuntar por algo más simple y factible, un nanosatélite de observación terrestre. Aunque al inicio su idea fue ignorada, más adelante Raúl Joya lideraría el proyecto que construiría al Libertad-I.

Entre 2004 y 2009 fue desarrollado, invirtiendo alrededor de 800 millones de pesos colombianos o 170 000 dólares con la tasa de cambio actual. Con una forma cúbica y 10 centímetros de lado, el satélite construido por la Universidad Sergio Arboleda despegó desde el cosmódromo de Baikonour, en Kazajistán, a bordo de un misil DNEPR readaptado. Es así como el 17 de abril de 2007 Colombia tuvo su primer satélite en órbita, al menos durante los seis años siguientes hasta su reentrada atmosférica.

Imagen del Libertad en pruebas, con sus antenas de transmisión desplegadas . Se aprecian los paneles solares sin las celdas respectivas. Créditos: Universidad Sergio Arboleda.
Fotografía de la cofía del cohete DNEPR. En esta se aprecia la bandera de Colombia.

Un nuevo programa

El segundo satélite de Colombia, llamado FACSat-1, fue desarrollado por la Fuerza Aérea de Colombia. A diferencia del Libertad-1, este si tenía el objetivo y la capacidad de funcionar durante tres o más años, en vez de cincuenta días. También contaba con una cámara de tres bandas para observar el territorio colombiano. Empleando la NanoCom GOMSpace ofrecía una resolución de hasta 30 metros por píxel.

Este era un nanosatélite de tipo 3U, es decir, tres unidades cúbicas de 10 x 10 cm unidas entre sí. Nació como respuesta a la necesidad de obtener imágenes propias desde órbita. Dado que el gobierno estaba invirtiendo más de 15 millones de dólares al año en compra de fotografías a agencias extranjeras. Junto con el deseo de llevar a Colombia de ser solo un operador satelital a un fabricador.

Centro de control del CITAE. Desde este lugar se opera, comunica y desencriptan los datos recibidos por el FACSat-1. Créditos: prensa - Fuerza Aérea Colombiana

El 28 de noviembre de 2018 despegaba a bordo de un cohete PSLV desde la India, el segundo satélite de Colombia. Durante los más de cuatro años de operación ha capturado más de 3 600 fotografías con una resolución de 30 metros por píxel, aunque solo 156 de ellas han sido descargadas. Ofreciendo una cobertura del 16.77 % del territorio colombiano. A su vez, ha servido como fuente de otros proyectos derivados, como procesamiento de datos por inteligencia artificial y una estación en tierra desde la Antártida.

FACSat-2: Chiribiquete

Después de un retraso por clima, se espera el lanzamiento del tercer satélite colombiano FACSat-2 en la madrugada del miercoles 12 de abril. Este será puesto en órbita por el cohete Falcon 9 de SpaceX en la misión Transporter 7. Esto se consiguió gracias a la empresa ExoLaunch. Además, será la primera vez que un Transporter despega desde Vandenberg, California y se emplea una extensión nueva para el motor de la segunda etapa.

Fotografía del cuarto limpio de ExoLaunch previa a la carga del FACSat-2 en la EXOPod que desplegará al satélite una vez en órbita. Créditos: ExoLaunch

FACSat-2 trabajará en una órbita conocida como heliosincróna o SSO por sus siglas en inglés. Este es un tipo especial que se caracteriza por permitir a los satélites sobrevolar una determinada zona de la Tierra bajo las mismas condiciones de luz. Esto se consigue gracias a una inclinación cercana a los 90°, es decir, una órbita polar circular de 500 kilómetros de altura.

En cooperación con GomSpace, una empresa danesa dedicada a la fabricación de satélites, se construyó el FACSat-2. En el proceso, la Fuera Aérea aportó la primera PCB (placa de circuitos impresa) cualificada para sobrevivir a las condiciones del espacio que se hace en Colombia. Esta pasó por pruebas de resistencia a las temperaturas, estrés, vibraciones y radiación.

Vigilando el territorio colombiano

Mientras el FACSat-1 era una demostración tecnológica y unos primeros pasos sobre el procedimiento para enviar un satélite, el FACSat-2 está netamente enfocado a la observación terrestre y a la creación de datos útiles para diferentes usos.

Por parte de la FAC se instaló una cámara de ocho bandas, permitiendo observar no solo en visible, sino también en infrarrojos y pancromáticas. Estas tienen el objetivo de aportar a optimizar la utilización del suelo, al ordenamiento territorial, gestión del riesgo, control de fronteras y costas, localizar gases de efecto invernadero y la búsqueda de minería ilegal a cielo abierto. Se espera poder aplicar los aprendizajes del FACSat-2 y tener una tasa de utilidad de las imágenes tomadas mayor al 18 %.

Imagen que ha pasado por procesos de superresolución, ofreciendo una mejor calidad y valor en los datos recolectados. El tamaño del archivo subió de 510 kB a 11.6 MB. Créditos: FAC

Por otro lado, y gracias a Ecopetrol, FACSat-2 cuenta con un espectrómetro Argus 2000. Este tendrá la tarea de buscar fugas o grandes concentraciones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano. Todos los datos descargados, tras ser desencriptados, serán sometidos a procesamiento para convertirlos de un producto L0 (información cruda) a uno de producto L1 (utilizable).

Perspectiva del futuro

Mientras la cámara ofrece una resolución de hasta 5 metros por píxel, se espera poder realizar una serie de procesamiento de las diferentes imágenes para reducirlo a hasta 1.38 metros por píxel. También se esperan proyectos derivados relacionados con inteligencia artificial aplicada.

La Fuerza Aérea espera continuar con la llamada estrategia FAC. La cual tiene como objetivo lanzar una constelación de tres satélites en 2026 y enviar a un colombiano al espacio en la década de los treinta. Posteriormente, se espera participar activamente del programa Artemisa. El sector aeroespacial está tomando fuerza gracias a estas iniciativas y esperamos sirvan para unir al país para expandirse hacia el espacio.