La confirmación de que el ANSER-LEADER del INTA no se había separado del cohete Vega hizo pensar en el fracaso de la misión española. Cuando la lupa se volvía a posar sobre Arianespace y su serie de catastróficas desdichas, desde el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España han confirmado que los otros dos satélites sí fueron desplegados. ANSER FLW1 y ANSER FLW2 están en órbita y funcionan de forma nominal permitiendo a la misión continuar. La nomenclatura de los satélites llevó a muchos a engaño. Los satélites seguidores sí podían operar a pesar de que líder fuese destruido ya que llevan programación para efectuar comunicaciones con tierra.
Lo ha confirmado para AstroAventura, Santiago Rodríguez Bustabad, el director del proyecto ANSER, quien ha asegurado que la misión ANSER «es un clúster de tres satélites que operan en proximidad. De este modo el conjunto se ve desde tierra como una plataforma única. La misión ANSER no se verá afectada por el no despliegue de ANSER-LEADER desde el lanzador porque ha sido diseñada con triple redundancia.
Según Rodríguez Bustabad, todos los objetivos asociados a la misión siguen siendo alcanzables con dos satélites.
Estos son los que siguen:
Para paliar la no disposición en órbita de ANSER-LEADER, uno de los satélites Follower está siendo reconfigurado para actuar como leader en lo que refiere a las comunicaciones con Tierra. La monitorización de calidad de agua se llevará a cabo con los instrumentos embarcados en los dos Follower del clúster. Finalmente queremos hacer notar que la única modificación para el desarrollo de la misión tiene que ver con la detección de nubes necesaria para la correcta interpretación de las imágenes hiper espectrales que en esta situación se harán a partir de imágenes COPERNICUS.
Santiago Rodríguez Bustabad, director de proyecto, en declaraciones para AstroAventura.
El dispensador Small Spacecraft Mission Service (SSMS), diseñado por SAB Aerospace para Avio fue quien tuvo el problema con el despliegue satelital. Por el camino si se ha quedado el satélite ESTCube-2 desarrollado en Estonia. Desde Arianespace han asegurado que el comportamiento del cohete Vega fue correcto, colocando a las cargas en la órbita prevista.
Desde el INTA celebran que el objetivo tecnológico de la misión se haya logrado. Poner en órbita los nanosatélites, «volando» en formación, a una distancia de unos 10 kms uno de otro pero comportándose como un único activo espacial, a tal distancia de la Tierra de manera coordinada.
A esto se le suma el objetivo científico de poder monitorizar las aguas continentales de la Península Ibérica (ríos, embalses o lagunas) para observar la calidad de esos recursos.
Esta entrada fue modificada por última vez en 20/10/2023 18:49
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