Después de lograr alzar el vuelo por cuarta vez el sistema Starship está llegando al nivel que alcanzó el vuelo anterior. La reentrada ha comenzado a 105 kilómetros de altura a velocidades hipersónicas que empezaron a formar plasma alrededor de la nave.
Primeros pasos
Apenas 45 minutos después de despegar desde Boca Chica, Texas la Starship ha circunvalado casi entero el planeta y ha empezado a descender sobre el océano Pacífico. Acercándose a las islas Hawái el escudo térmico está siendo puesto a prueba por segunda vez en una situación completamente real.
Lamentablemente, antes de chocar con las capas más altas de la atmósfera se ha podido ver un agujero en la defensa de la nave.
Mejorando el vuelo anterior
Los comentaristas de SpaceX señalan orgullosos que superada la marca de los 65 kilómetros de altura se mejora el resultado del vuelo anterior. Aún a 55 kilómetros de altura la nave avanza a más de 16 000 kilómetros por hora.
A esta altitud se ha empezado a descomponer uno de los flaps traseros. Aparentemente por la unión con el cuerpo principal. Estos apéndices aerodinámicos son necesarios para la maniobra de aterrizaje pero también para guiar el descenso.
Hemos perdido las imágenes
La lente de la cámara desde la cual estábamos siguiendo el aterrizaje se ha roto. Esto ha sido antes de perder brevemente las imágenes lo que provocó una conmoción en Hawthorne, sede de SpaceX.
A 40 kilómetros de altura hemos vuelto a perder imágenes de forma temporal. Los datos seguían llegando mientras se atravesó la fase de máxima presión dinámica y apuntando a que la Starship podría llegar de una pieza, o casi viendo el estado del flap.
El flap trasero muestra severos daños, pero podría llegar a completar la maniobra de volcado. La Starship actualmente está cayendo horizontalmente para frenar lo máximo posible con la atmósfera. Actualmente a 1 km vuela a solo 300 kilómetros por hora.
Y LO HA LOGRADO LA STARSHIP HA LOGRADO UN ATERRIZAJE SUAVE SOBRE LAS AGUAS DEL OCÉANO ÍNDICO.
Hoy estamos ante una verdadera revolución del vuelo espacial como no veíamos desde los inicios de la carrera espacial.
Entre la fase de vuelo horizontal y el final aterrizaje se ha vivido la maniobra belly flop. En esta, la Starship se balancea sobre su propio eje para aterrizar de forma horizontal. Los motores entonces pueden acelerar para terminar de parar el descenso, que aunque reducido aún es muy rápido. A más de 300 kilómetros por hora el margen de error es muy pequeño, especialmente cuando la Starship transporte humanos.