Ya de normal resulta extraño emplear un motor de combustible sólido como motor de etapa superior. Pero, en este caso además, se da la particularidad de que debido a sus características debe realizar una parte importante del lanzamiento sin propulsión.
Si la primera etapa se apaga a los tres minutos, dieciocho segundos de vuelo, la segunda no ignicia hasta los 4 minutos y 7 segundos.
Durante esos 49 segundos el cohete libera la cofia que protege la carga y la sección entre etapas. Finalmente, la ignición de la segunda etapa se produce. El combustible es consumido durante 166 segundos, es decir, casi 3 minutos. Y una vez se apaga la nave ya estará en órbita.
Cuestión reseñable del cohete Antares es que no ha tenido una vida fácil. Muy sonado fue su accidente de 2014, pero este ha enfrentado más problemas a lo largo de su desarrollo. Al principio del todo empleaba en su primera etapa motores AJ-26. Sin embargo, posteriormente se encontró que sufrían problemas en las turbobombas. Esto llevo a dos fallos críticos. Uno durante una prueba de fuego estático en el centro Stennis de la NASA. Lugar donde habitualmente se prueban nuevos motores cohete en EEUU. Y otro durante el vuelo operacional de 2014.