Tras varios años de desarrollo y sobre todo retrasos el cohete Vulcan de United Launch Alliance despegó por primera vez hace unos minutos. Este importante vuelo inaugural transportaba una única carga principal, el aterrizador lunar Peregrine. Parte del programa CLPS de la NASA diseñado para preparar la llegada a la superficie del satélite terrestre de las nuevas misiones Artemisa.
El lanzamiento, un vuelo complejo
La empresa United Launch Alliance (ULA) lanzó el primer Vulcan en su configuración VC2S. Una de las cosas más celebradas dentro de la comunidad aeroespacial más allá del despegue es esta nueva nomenclatura. Tradicionalmente, saber qué versión exacta de un Atlas V era el encargado de un lanzamiento era imposible, sin embargo, con los nuevos apellidos del actualizado lanzador, es más fácil.
Usando la versión lanzada hoy: la V está ahí por Vulcan, la C, por Centaur, el nombre de la única etapa superior que usará el cohete. Aunque cabe destacar que antes de preservar el nombre de está histórica etapa hubo planes de revolucionar el segmento de lanzadores con otra que hubiera cambiado significativamente la generación Artemisa, la ACES. El siguiente puesto en la nomenclatura responde al número de aceleradores laterales sólidos que emplea el vehículo. Similar a lo que ofrece el Ariane 6 europeo de distintos rangos de cargas empleando 2 o 4 motores de combustible sólido pero con mayor variedad. En el caso del Vulcan puede despegar con 0, 2, 4 o 6 de estos. Por último, la S responde al tamaño de la cofia, short (corto en inglés) ofreciéndose también una versión más larga (L) y otra para varias cargas principales.
We’ll first go to a LEO parking orbit, coast around to align, and then put peregrine into its TLI
El perfil de la misión es relativamente complejo, se ha optado por tres encendidos de la etapa superior Centaur, lo habitual es dos como mucho, y en ocasiones solo uno. Además, la nave volará dos veces hasta la órbita de la Luna antes de ser capturada por su gravedad. Probablemente las razones tengan que ver con ser un vuelo de prueba para la carga de pago y para el cohete.
Las razones detrás de realizar tres encendidos de la segunda etapa fueron explicados por Tory Bruno, CEO de la empresa ULA a un redactor de este medio. El primer encendido dejó al peregrine en una órbita de parking, en el siguiente se alineó con su trayectoria de salida y por último «despegó» hacia la Luna.
El Vulcan y México, un pequeño enjambre a la Luna
Una de las informaciones más notables para nosotros los hispanohablantes es la presencia de un pequeño enjambre robótico a bordo del aterrizador Peregrine. En los próximos años la cantidad de vuelos que habrá a la Luna es asombrosa, más de treinta misiones la visitarán.
Por parte de la NASA, tenemos al programa CLPS que financia a muchas empresas para el desarrollo de naves que aterricen en el satélite. Dentro de estas la primera en lograr alzar el vuelo hacia su destino ha sido este Peregrine de la empresa Astrobiotic. Esta financiación es la que ha permitido a la Universidad Nacional Autónoma de México obtener un pequeño lugar dentro del manifiesto de carga de la misión. Si todo sale bien, los robots desarrollados completamente en el país se desplegarán en la Luna a partir del 23 de febrero. El nombre del programa es COLMENA y está diseñado para comprobar los retos que enfrentarán los robots con movimiento en el hostil ambiente lunar.
Con este importante lanzamiento el Vulcan y México dan un significativo paso adelante. El primero llevaba años detrás del calendario y estaba poniendo en riesgo la viabilidad de la empresa. Ahora que ya está operativo la empresa, con el mayor contrato de lanzamiento de la historia firmado con Amazon, suspira. Aunque no pondrá en duda la dominancia de SpaceX, tanto el Ejército como la competencia miran con mucho interés este heredero de setenta años de historia espacial en Estados Unidos. Además, la NASA se acerca aún más a llevar de nuevo astronautas a nuestro satélite.