El Polar Sattellite Launch Vehicule, más conocido simplemente como PSLV (sus siglas) es un cohete modesto, pero capaz de lanzar cargas hasta la Luna e incluso Marte.
Este pequeño, entre comillas, cohete es capaz de orbitar 1750 kilogramos a una órbita helio síncrona de 600 kilómetros de altura, datos de la versión XL, la más potente de todas. Está compuesto por aceleradores laterales sólidos (salvo en la versión CA, por core alone, núcleo sólido en inglés). En función de la versión puede equipar 2, 4 o 6 S12 (nombre de los aceleradores laterales, la S por sólido y el 12 por las 12 toneladas de propelente que transportan). Su etapa principal es un masivo motor de combustible sólido. Esta contiene 138 toneladas de propelente. Suficiente para propulsar el cohete durante 1 minuto y 50 segundos.
La segunda etapa está formada por un único motor Vikas de combustible líquido. Este quema los altamente tóxicos Dimetil-hidracina y tetróxido de dinitrógeno. Este motor tiene un origen europeo. Sin embargo, ha sido ampliamente modificado por el ISRO en sucesivas iteraciones que han mejorado sus prestaciones sustancialmente.
La tercera etapa vuelve a hacer uso de combustible sólido, en este caso 7 toneladas de combustible mantienen al cohete acelerando durante 113,5 segundos. Por último, la cuarta etapa emplea metil hidracina y una mezcla de óxidos de nitrógeno para llevar la carga útil a la órbita final.
Este versátil cohete ha ostentado durante algún tiempo el curioso récord del mayor número de satélites puestos en órbita de una sola vez. En la misión C-37 se lanzaron 104 de distintas nacionalidades y propósitos.
Además, todo esto se hace un relativamente contenido precio. El coste de un kilogramo a órbita en este cohete es de 11 500 $. Un total de 23 millones de dólares por cohete, datos para un PSLV XL. por eso es aún a día de hoy el caballo de batalla del ISRO. Lleva volando ininterrumpidamente desde 1993, con un registro de únicamente 3 fallos en 55 lanzamientos.
El recién llegado
El último cohete del ISRO es el SSLV, cuyo vuelo inaugural ha sido un fracaso. Aunque técnicamente sí que alcanzó la órbita, esta era demasiado baja y finalmente reentró antes de completar una sola vuelta a la tierra.
Presuntamente, el fallo se produjo en la 4ª etapa de este cohete. No se ignició correspondientemente. Pese a este pequeño fallo, el ISRO sigue apostando por este cohete. Con una capacidad de 500 kilogramos a órbita baja terrestre está diseñado para pelear con el resto de microlanzadores comerciales que han ido surgiendo en los últimos años.