La NASA ha convocado a los medios con relativa urgencia esta mañana para una conferencia de prensa. Se sabe que está relacionado con las misiones tripuladas Artemisa a la Luna. Finalmente sirvió para confirmar información publicada anoche que desveló el retraso de estas dos misiones.
La conferencia ha empezado con el Administrador, Bill Nelson, explicando las dificultades de enviar la cápsula Orion más lejos que ninguna otra cápsula tripulada nunca antes. Esto indicó que obligará a llevar a cabo más tests en ella. También ha comentado la recientísima incorporación de Emiratos Árabes Unidos en la estación espacial Gateway
Después ha llegado el anuncio de retrasar a septiembre de 2025 la misión Artemisa 2. Y un año después sería el primer alunizaje del programa.
Las razones detrás del retraso son las esperables: «La seguridad es nuestra prioridad número uno». Era más esperable para la misión Artemisa 3, porque los componentes de la misma no están listos, y tampoco parecía que fueran a estarlo en su fecha anterior prevista, 2025.
Tampoco se han descartado más retrasos afirmando que se lanzará cuando todo esté listo. Esta política de la NASA en la actualidad choca con la de la época Apollo donde la velocidad era el único mandato. Esas directrices llevaron a varios errores e incluso a un desastre mortal con la tripulación del Apollo 1.
Un comentario interesante fue que el Centro Espacial Kennedy está recibiendo varias mejoras. Entre ellas los sistemas de evacuación de la tripulación, unas tirolinas instaladas cerca de la cápsula mientras está en la plataforma de lanzamiento.
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Pero más interesante fue que también las líneas de combustible recibirán mejoras. Es sabido que estas fueron un quebradero de cabeza durante el lanzamiento inaugural, después de varios intentos frustrados incluso el definitivo los sufrió. De hecho, se desplegó un equipo rojo, un grupo de trabajo de los operarios de tierra habilitados para trabajar en la plataforma y/o el cohete cuando está lleno de combustible. Un trabajo extremadamente peligroso pues, en una situación de fuga de hidrógeno como era el caso, podía producirse un incendio espontáneamente.
Por último, se habló del escudo térmico de la cápsula Orion. Este elemento clave de Artemisa es completamente irremplazable. Su desarrollo se extiende mucho más allá que este nuevo programa, lanzado recientemente. Es además el único componente superviviente del anterior programa, el Constellation.
En principio, todo transcurrió sin problemas, pero no todo se ajustó a los modelos sobre los que se trabajaba.
El problema sobreviene al hablar de desprendimiento del material ablativo del que está fabricado el escudo. Está diseñado para fundirse y exponer nuevas capas sucesivamente, pero la forma que tuvo de desprenderse no era la prevista, algo potencialmente peligroso. Aunque el compartimento de la tripulación de Artemisa es resistente al calor, no puede sobrevivir directamente a una reentrada en la atmósfera, por eso está el escudo térmico. Informaron que se había trabajado durante todo 2023 cómo sufría el transporte este material en la NASA, pero también con otras agencias estadounidenses y socios internacionales.