La Estación Espacial internacional lleva más de dos décadas alojando tripulaciones y cientos de experimentos. Entre investigaciones en medicina, microbiología o tecnologías, la astronomía tiene un lugar especial debido a la ubicación del laboratorio espacial. El instrumento NICER aprovecha la órbita de la estación para crear un mapa en rayos X del cielo.
Brillo cósmico
NICER, por las siglas en inglés de Explorador de la Composición Interior de Estrellas de Neutrones, es un experimento capaz de detectar y seguir fuentes cósmicas. Cada 93 minutos la Estación Espacial Internacional completa una órbita alrededor de la Tierra, en un día el Sol se oculta ocho veces, dando la oportunidad perfecta para observar el universo.
A lo largo de 22 meses, NICER observó el cielo, creando un peculiar mapa en rayos X, en conjunto con algunos impactos de partículas de muy alta energética contra los sensores.
Los extensos arcos que se forman se deben a como NICER apunta hacia estas fuentes brillantes y las sigue aunque la estación espacial rote alrededor de la Tierra.
El objetivo de NICER es permitir conocer de mejor manera las propiedades de las estrellas de neutrones, entre ellas la masa y el diámetro. A partir de esto, y contrastando con los modelos físicos existentes, se puede descubrir la forma de la materia que se encuentra en sus núcleos, una región de presiones y temperaturas extremas.
Por otro lado, SEXTANT emplea los púlsares, estrellas de neutrones que parecen parpadear, para determinar con gran precisión la velocidad y posición de NICER. Estos sirven como una muestra tecnológica para un mejor posicionamiento en el sistema solar.