En este estudio se presenta una muestra de siete galaxias enanas más lejanas que la mayoría de casos, entre 10.000 y 6.000 millones de años después del Big Bang. “Lo que ha sorprendido al equipo es que su masa es consistente con la de agujeros negros supermasivos, ya que son 10 millones y 100 millones de veces la masa del Sol”, apunta Mar Mezcua, que lidera el estudio y es investigadora del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC).
Se cree que las galaxias masivas y sus agujeros negros supermavisos crecen en tándem, coevolucionan. Por este motivo, este nuevo hallazgo apunta a que los agujeros negros han crecido más rápido que sus galaxias anfitrionas. El equipo investigador plantea la hipótesis de que, con el tiempo, estas galaxias crecerán hasta que su masa encaje con la del agujero negro que albergan.