Un agujero negro a la fuga
Las propuestas actuales proponen que cuando el universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual, dos galaxias habrían colisionado. Esto uniría los agujeros negros centrales de cada una en un sistema binario. Mientras estos pasaban por el proceso de fusionarse en uno solo, la pareja fue afectada por la llegada de otro AN. Al trabajar con tres cuerpos diferentes se genera una menor estabilidad que llevaría a uno de ellos a finalmente salir disparado a gran velocidad.
Mientras uno de ellos salió disparado en una dirección, la pareja restante fue expulsada en dirección contraria. Explicando así por qué no hay señales de un agujero negro activo en el centro de la galaxia. Además de una estructura lineal similar pero mucho más tenue creada por el sistema binario. Todavía se espera realizar un seguimiento complementario con datos de James Webb y Chandra para confirmar lo visto por Hubble.
Este descubrimiento no tiene mayores precedentes fuera de unas cuantas propuestas teóricas. Aunque a primera vista puede parecer semejante a los jets de agujeros negros activos, las detecciones no tienen realmente comparación con cualquier otro fenómeno conocido hasta la fecha. La explicación más plausible muestra una compresión del gas en el medio interestelar causada por el paso del agujero negro, dejando así una estela de estrellas jóvenes azules al fomentar el colapso del polvo.