El telescopio Hubble fue diseñado para apuntar hacia objetos más allá de la atmósfera terrestre. No solamente trata de descubrir nuevas galaxias distantes, sino que también servía para redescubrir los mundos que nos acompañan en el sistema solar. Desde 1990 ha ayudado a mantener una vigilancia sobre los grandes cambios por los que pasan los planetas gigantes. El equipo de la NASA y la ESA han publicado nuevas imágenes de Júpiter y Urano.
El mayor de los planetas
A diferencia de la Tierra y los planetas rocosos, los gigantes carecen de una superficie sólida. Así como la luz encuentra mucha más dificultad para alcanzar grandes profundidades. No obstante, nos ofrecen una meteorología muy rica y diversa. Esta permite el flujo de diferentes gases o cristales que cambian los colores de las nubes. Gracias al programa de observación atmosférica de los planetas exteriores tenemos imágenes continuas de estos.
De forma semejante a la Tierra, los demás planetas pasan por estaciones gracias a la inclinación respecto al plano de su órbita. Se espera en los próximos meses una gran formación de tormentas en el hemisferio norte.
La imagen nos muestra una cadena de ciclones y anticiclones. Si varias de estas se acercan lo suficiente y consiguen fusionarse podrían competir en tamaño con la Gran Mancha Roja. Sin embargo, esto es evitado por los sentidos de giro opuestos. Destaca también en la imagen la más cercana de las lunas galileanas, Ío, y su correspondiente sombra sobre el gigante gaseoso. Gracias a la resolución del Hubble se pueden ver las diferentes tonalidades naranjas y amarilla en su superficie.
Aquí está centrada la Gran Macha Roja junto a Ganímedes, la más grande de las lunas del sistema solar. Aunque la GMR es más grande que la Tierra ha ido perdiendo tamaño en los últimos años, estando en su menor punto de los últimos 150 años.
El gigante congelado
Urano tiene una peculiar característica y es su eje de giro, está tan inclinado que parece estar de lado. Aunque todavía no se tiene certeza en su causa, se cree pudo haber ocurrido el cambio durante una colisión con otro objeto masivo.
La primera imagen nos muestra a Urano en 2014 durante el equinoccio de primavera del hemisferio norte. En esa época de sus 84 años terrestres que tarda en completar una vuelta, la zona ecuatorial del planeta estaba iluminada directamente por el Sol. Aparecen varias tormentas de metano congelado en las altas latitudes.
Una perspectiva más reciente, de 2022, el polo norte muestra una neblina similar al smog de las ciudades. También hay muchas pequeñas tormentas en el borde de la bruma. Los astrónomos desean poder entender mejor los flujos de material en las diversas capas atmosféricas del gigante helado. Antes de llegar al solsticio en el hemisferio norte se espera un gran crecimiento en la zona cercana a polo norte. Así como orientarla de mejor manera hacía la Tierra, facilitando así su estudio.