James Webb descubre una extraña “cola de gato” en un sistema planetario cercano

A tan solo 63 años luz de la Tierra se encuentra Beta Pictoris, un joven sistema planetario que ha sido estudiado durante décadas con distintos instrumentos y observatorios. Es además hogar del primer disco de polvo fotografiado en otra estrella. Así como un segundo disco descubierto por Hubble y de una nueva extraña estructura encontrada con James Webb.

Imagen etiquetada de la observación de Beta Pictoris por el Telescopio Espacial Hubble en 2006, confirmando la existencia de dos discos de polvo alrededor de la estrella. Créditos: NASA, ESA, D. Golimowski (Johns Hopkins University), D. Ardila (IPAC), J. Krist (JPL), M. Clampin (GSFC), H. Ford (JHU), and G. Illingworth (UCO/Lick) and the ACS Science Team.

Cola de gato

Continuando el legado de varios astrónomos, un equipo liderado por Isabel Rebollido, del Centro de Astrobiología en España, empleó datos de los instrumentos NIRCam y MIRI de James Webb para estudiar la composición de los discos de polvo alrededor de Beta Pictoris. En las imágenes resalta una extraña estructura inclinada, cuya forma se asemeja a la cola de un gato.

Además de la clara mejora de resolución de James Webb, la cola de gato es una estructura oscura, probablemente porosa, compuesta por material orgánico. Provocando que absorba luz visible, aunque brilla en el infrarrojo medio. Razón por la cual solo aparece en imágenes de MIRI. Esta composición ha sido observada en el sistema solar en objeto como cometas o asteroides.  

Imagen anotada de Beta Pictoris por James Webb en el infrarrojo medio. Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI, Christopher Stark (NASA-GSFC), Kellen Lawson (NASA-GSFC), Jens Kammerer (ESO), Marshall Perrin (STScI)

Empleando simulaciones, el equipo busca encontrar un proceso que explique la aparición y extraña forma de la estructura. El escenario más factible es una colisión de algún exoplaneta, asteroides o cometas hace aproximadamente cien años, donde gran cantidad de polvo es eyectada, y las partículas más pequeñas son empujadas por la radiación de su estrella.

Este descubrimiento resalta la increíble capacidad de James Webb para revelar fenómenos ocultos en objetos continuamente estudiados, complementando el entendimiento del cosmos.