James Webb de la NASA descubre y captura una imagen directa de un exoplaneta: se predijo su existencia

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La búsqueda de exoplanetas combina diferentes técnicas para hallar mundos alrededor de otras estrellas. En la mayoría de los casos estas son observaciones indirectas que dan pistas sobre su existencia, pero en condiciones muy específicas, y poco comunes, se puede obtener una imagen directa. James Webb estudió un sistema con esta característica, revelando la existencia de un extraño exoplaneta.
En la gran mayoría de casos, los exoplanetas no pueden ser observados directamente. Es necesario detectar y caracterizar sus huellas en los datos que sí se pueden obtener. Por ejemplo, como interactúan con su estrella, bien sea al bloquear parte de su luz o provocando una sutil oscilación gravitacional.
Obtener una imagen resulta complicado porque el exoplaneta es opacado por la luz de su estrella. Sin embargo, similar a algunos observatorios solares, se emplea un coronógrafo. Este es un sistema originalmente diseñado para estudiar la corona solar, pero de gran utilidad para ocultar la luz de la estrella y rescatar la tenue firma del exoplaneta.
Además, este debe estar a una cierta temperatura para brillar lo suficiente en el infrarrojo y ser detectado por, en este caso, los instrumentos del Telescopio Espacial James Webb.
La estrella TWA 7, a tan solo 111 años luz de la Tierra, cuenta con varias estructuras a su alrededor. El instrumento SPHERE del observatorio terrestre VLT en Chile en el pasado observó tres anillos de gas y polvo. Estos cuentan con varios vacíos y acumulaciones de material, efectos los cuales serían explicados por la presencia de un exoplaneta de masa semejante a la de Saturno.
James Webb observó el sistema con el instrumento MIRI y ocultó la estrella empleando el coronógrafo. En medio de uno de los anillos aparece un punto brillante o también llamada tenue fuente infrarroja.
Los datos recogidos por el telescopio permiten descartar en gran medida que sea algún objeto en el propio Sistema Solar o una galaxia lejana, similar a lo ocurrido con la Gran Nube de Polvo de Fomalhaut.
La tenue fuente infrarroja se observa a aproximadamente cincuenta unidades astronómicas de la estrella. Y especialmente, es congruente con la hipotética existencia de un exoplaneta frío y de masa similar a la de un gigante gaseoso.
Los datos de James Webb determinaron que este planeta tiene una temperatura de 320 Kelvin o 47 grados centígrados, mucho más frío que otros ejemplares observados directamente. Además, su masa es semejante a la de Saturno, convirtiéndolo en el exoplaneta más liviano del que se tiene imagen.
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