Qué capta Perseverance en el cielo: ¿Nave alienígena o cometa? La foto del visitante interestelar desde Marte enciende las redes
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Cuando la NASA publicó la imagen del cometa 3I/Atlas tomada por el rover Perseverance desde Marte, las redes sociales estallaron. En la fotografía se veía un trazo luminoso en el cielo marciano, suficiente para que muchos empezaran a lanzar hipótesis de todo tipo.
En Twitter y foros abundaron las teorías descabelladas: algunos aseguraban que no era un cometa, sino una nave interestelar con forma cilíndrica perfecta. Otros hablaban de un resplandor verdoso que delataría la presencia de níquel industrial, usado en cohetes y satélites. También hubo quienes denunciaron un supuesto encubrimiento de la NASA, insinuando que 3I/Atlas podría ser un artefacto humano enviado en secreto y ahora de regreso. Incluso se recuperaron las viejas especulaciones de 2017 sobre ʻOumuamua, el primer objeto interestelar observado, al que algunos también definieron como una sonda extraterrestre.
La imagen se convirtió en combustible perfecto para la imaginación colectiva, con memes, montajes y debates interminables sobre si estábamos ante un objeto natural o un visitante artificial.
La explicación científica, sin embargo, es mucho más sencilla. La cámara que tomó la fotografía, la Navcam derecha de Perseverance, no es un telescopio, sino un instrumento pensado para guiar al rover en la superficie de Marte. Su óptica es limitada y no está diseñada para captar objetos lejanos en el cielo.
Por eso, en la foto el cometa aparece como una mancha alargada y difusa, sin la coma ni la cola de polvo que caracterizan a los cometas. La supuesta forma cilíndrica o el brillo extraño son simplemente artefactos de la cámara y del procesado digital, no propiedades reales del objeto.
Con telescopios profesionales como el Hubble o el Very Large Telescope sí se han obtenido imágenes claras de 3I/Atlas. En ellas se aprecia perfectamente su coma activa, formada por gas y polvo que se desprenden al acercarse al Sol.
Los datos apuntan a que 3I/Atlas es un cometa interestelar activo, con una forma alargada similar a la de ʻOumuamua. Esa morfología, según los astrónomos, sería el resultado de millones de años viajando entre estrellas y sufriendo erosión por radiación y colisiones. Su órbita hiperbólica confirma que no pertenece a nuestro sistema solar.
Las conspiraciones abundan porque los objetos interestelares son rarísimos y despiertan fascinación. La combinación de imágenes borrosas, fenómenos poco conocidos y la sed de misterio hace que proliferen interpretaciones extravagantes.
Pero los datos son claros: 3I/Atlas no es una nave ni un artefacto oculto, sino un cometa natural que nos brinda la oportunidad única de estudiar materiales formados fuera del sistema solar.
Aunque la foto de Perseverance no tenga la nitidez de un telescopio espacial, sí tiene un valor simbólico enorme: es la primera vez que un objeto interestelar ha sido registrado desde otro planeta. Y en ciencia, incluso las imágenes imperfectas suman piezas de conocimiento a un rompecabezas todavía en construcción.
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