«Nunca habíamos visto a Júpiter así. Es todo bastante increíble. No esperábamos que fuera tan bueno, para ser sinceros. Es realmente notable que podamos ver detalles de Júpiter junto con sus anillos, pequeños satélites e incluso galaxias en una sola imagen». Son palabras la astrónoma planetaria Imke de Pater, profesora emérita de la Universidad de California en Berkeley, que dirigió las observaciones científicas del planeta con Thierry Fouchet, profesor del Observatorio de París.
Con gigantescas tormentas, potentes vientos, auroras y condiciones extremas de temperatura y presión, Júpiter tiene mucho que ofrecer. Ahora, el telescopio espacial James Webb de la NASA/ESA/CSA ha captado nuevas imágenes del planeta. Las observaciones de Júpiter realizadas por Webb darán a los científicos aún más pistas sobre la vida interior de Júpiter.
En esta vista de campo amplio, Webb ve a Júpiter con sus débiles anillos, que son un millón de veces más débiles que el planeta, y dos lunas diminutas llamadas Amaltea y Adrastea. Las manchas difusas en el fondo inferior son probablemente galaxias que «hacen de photobomb» en esta vista joviana.
Júpiter muestra auroras y neblinas (primer plano de NIRCam)
Esta imagen procede de la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del telescopio, que cuenta con tres filtros infrarrojos especializados que muestran detalles del planeta. Dado que la luz infrarroja es invisible para el ojo humano, la luz ha sido mapeada en el espectro visible. En general, las longitudes de onda más largas aparecen más rojas y las más cortas se muestran más azules. Los científicos colaboraron con la científica ciudadana Judy Schmidt para traducir los datos del Webb en imágenes.
Esta imagen fue creada a partir de una composición de varias imágenes del Webb
Las auroras visibles se extienden a gran altura sobre los polos norte y sur de Júpiter. Estas brillan en un filtro mapeado a colores más rojos, que también resalta la luz reflejada por las nubes inferiores y las brumas superiores.
Un filtro diferente, mapeado en amarillos y verdes, muestra las brumas que se arremolinan alrededor de los polos norte y sur. Un tercer filtro, mapeado a azules, muestra la luz que se refleja desde una nube principal más profunda. La Gran Mancha Roja, una famosa tormenta tan grande que podría tragarse la Tierra, aparece blanca en estas vistas, al igual que otras nubes, porque están reflejando mucha luz solar.