Las sondas soviéticas Venera atravesaron por primera vez la atmósfera de Venus, que tiene una presión 90 veces mayor que en la Tierra y a una temperatura de 485 grados centígrados.
Allí se obtuvieron unas imágenes únicas de la superficie del planeta en el lugar de aterrizaje.
Además, el aparato midió la densidad, la presión, la temperatura atmosférica, la cantidad de vapor de agua, las partículas de nubes y consiguió grabar unos sonidos alucinantes.
Las sondas Venera permitieron obtener imágenes de la capa de nubes, realizar estudios de la corona de hidrógeno y medir los campos magnéticos y el plasma cercano al planeta, entre otras cosas.
La naves soviéticas también fueron la primera en detectar tormentas y relámpagos en la capa de nubes del planeta.