La nebulosa de Orión o Messier 42 es una de las famosas de cielo. Debido a su gran tamaño y relativa cercanía con la Tierra es fácilmente observable empleando equipos sencillos. Es una extensa región de constante formación de estrellas, un objetivo interesante para los sensibles instrumentos del Telescopio Espacial James Webb. Además de ofrecer una nueva vista en una increíble resolución, encontró un extraño fenómeno cuya existencia sorprendió a los científicos, al no conocer ningún proceso que prediga su existencia.
El instrumento NIRCam fue el designado para capturar las imágenes de la nebulosa en longitudes de onda corta y larga. Ambos mosaicos permiten estudiar los fenómenos allí presentes desde dos perspectivas, dando un panorama más amplio. En el primer caso, se aprovecha al máximo la resolución angular, ayudando a observar pequeños detalles como discos y flujos, mientras la otra se enfoca en las redes de mayor escala de polvo y compuestos orgánicos.
James Webb muestra el cúmulo de estrellas del trapecio, siendo la más masiva del grupo la responsable de iluminar la nebulosa con su intensa radiación ultravioleta. Mientras tanto, protoestrellas se forman constantemente en la nube molecular OMC-1.
La gran sensibilidad y resolución de James Webb permitió por primera vez encontrar varias parejas de objetos de baja masa flotando libremente en la nebulosa. Este descubrimiento supone una reformulación a los modelos teóricos de formación de sistemas planetarios, dado que ninguno de ellos predice la existencia de este curioso fenómeno.
Según los procesos físicos conocidos que tienen lugar en nubes de gas, no es posible la formación de planetas individuales, es decir, sin una estrella. Es posible que estos sean eyectados del sistema estelar y vagar por sí mismos, pero no hay explicación para el origen de pares de planetas.
Si bien la teoría de eyecciones de sistemas planetarios es la más llamativa, no se conocen procesos por los cuales puedan salir disparados en parejas.
Además, nace la pregunta de si este fenómeno es una peculiaridad de la nebulosa, o todas las nebulosas de formación estelar también cuentan con pares de planetas jovianos, o incluso similares a Neptuno o la Tierra. Los astrónomos desean seguir aprovechando el gran poder de Webb para encontrar la respuesta al misterio y entender mejor el universo.