Explorando lo desconocido: la Agencia Espacial Europea difunde por primera vez imágenes del polo sur del Sol

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La misión Solar Orbiter, liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con la NASA, ha logrado un hito sin precedentes en la exploración del Sol. Por primera vez en la historia, una nave espacial ha capturado imágenes directas de los polos solares desde fuera del plano de la eclíptica, es decir, desde una perspectiva inclinada que no está alineada con la órbita de los planetas. Esta nueva posición ofrece una vista inédita de nuestro astro rey, lo que promete transformar profundamente nuestra comprensión del campo magnético solar, del ciclo de actividad solar y del clima espacial que afecta a la Tierra.
Hasta ahora, todas las observaciones del Sol se han realizado desde su región ecuatorial, ya que tanto nuestro planeta como las demás misiones solares anteriores giran en un plano relativamente plano alrededor del Sol. Sin embargo, en febrero de 2025, Solar Orbiter inició la fase “de alta latitud” de su misión, elevando su órbita hasta un ángulo de 17° respecto al ecuador solar. Este cambio le permitió observar directamente el polo sur solar por primera vez el 23 de marzo de 2025.
El logro alcanzado por Solar Orbiter no solo representa una hazaña técnica, sino que también abre nuevas puertas al conocimiento solar. Durante su primera campaña de observación a gran altitud, entre el 16 y el 17 de marzo, la nave capturó imágenes del polo sur desde un ángulo de 15°, apenas días antes de alcanzar el máximo de 17°. A bordo, tres instrumentos científicos clave ofrecieron distintas formas de mirar al Sol: PHI, que estudia el campo magnético en luz visible; EUI, que revela la corona solar en luz ultravioleta; y SPICE, que analiza las capas atmosféricas del Sol observando distintos gases a distintas temperaturas.
Gracias a la combinación de estas observaciones, los científicos pueden estudiar cómo se mueve el material solar en las capas externas, con la posibilidad de identificar fenómenos desconocidos, como torbellinos o vórtices en los polos, similares a los observados en planetas como Venus y Saturno.
Tal como afirmó la profesora Carole Mundell, directora científica de la ESA, “revelamos por primera vez a la humanidad la vista de los polos solares”, un paso crucial para entender cómo funciona nuestra estrella y cómo predecir su comportamiento, que puede afectar tanto a los satélites como a los sistemas eléctricos en la Tierra.
Uno de los primeros hallazgos de estas nuevas observaciones es el comportamiento inesperado del campo magnético en el polo sur. A diferencia de un imán convencional con polos definidos, los datos del instrumento PHI mostraron una mezcla de polaridades norte y sur en la región sur del Sol. Esta situación ocurre brevemente durante el llamado “máximo solar”, cuando la actividad magnética es más intensa y el campo del Sol se invierte.
Este hallazgo llega en un momento ideal, ya que Solar Orbiter podrá seguir de cerca la evolución del campo magnético desde este punto clave hasta su próxima fase de calma, el “mínimo solar”, dentro de unos 5 a 6 años.
Por su parte, el instrumento SPICE también consiguió una primicia al utilizar el efecto Doppler para medir la velocidad a la que se mueve el material solar. Esta técnica permite observar cómo las partículas son expulsadas del Sol en forma de viento solar, un fenómeno que hasta ahora no podía estudiarse con tanto detalle desde los polos. El equipo logró crear un mapa de velocidad de los iones de carbono en la región de transición del Sol, donde la temperatura aumenta abruptamente, revelando chorros y flujos de gas que se dirigen hacia y desde la nave.
Según Frédéric Auchère, líder del equipo SPICE, estas mediciones suponen “una revolución en la física solar”, ya que antes no era posible observar estos movimientos desde ángulos tan elevados.
Los datos obtenidos hasta ahora son solo el comienzo. Se espera que el conjunto completo de observaciones de este primer vuelo “de polo a polo” esté disponible en la Tierra hacia octubre de 2025. A medida que Solar Orbiter continúe inclinando su órbita, alcanzará ángulos aún mayores: 24° en 2026 y 33° en 2029, ofreciendo vistas aún más completas de las regiones polares solares.
Daniel Müller, científico del proyecto, describe esta etapa como “el primer peldaño de la escalera al cielo” de Solar Orbiter, una misión que cambiará para siempre nuestra forma de entender al Sol. Gracias a su combinación de instrumentos únicos y a su órbita sin precedentes, Solar Orbiter se posiciona como la herramienta más poderosa jamás construida para estudiar el corazón de nuestro sistema solar.
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