El astrofísico Carl Sagan creía en Dios a la manera científica, es decir, como el conjunto de leyes físicas que dominan el universo. Por lo tanto, orar a la ley de la gravedad, o al orbital de los planetas, siempre fue un sinsentido para él. Tanto como rezar a la mecánica celeste, por muy evocador que sea su nombre.
Estas son algunas de sus sentencias sobre un posible creador, creencias y fe.
«La primera gran virtud de la humanidad fue la duda y el primer gran defecto la fe» «No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer». ¿Es el cosmos un sueño de los dioses o son los dioses sueños de la humanidad?