Qué son los agujeros gigantes que oscurecen el Sol registrados por la NASA

Imagen del Sol con remolinos de plasma y manchas oscuras llamadas agujeros coronales

Los agujeros coronales son extensas regiones en el Sol que facilitan la fuga de viento solar, aumentando efectivamente la potencia de las eyecciones de masa y llamaradas. Su abundancia y tamaño dependen directamente de la fase del ciclo solar. Si bien los agujeros coronales observados en los últimos meses son imponentes, en ocasiones anteriores la magnitud de estos era descomunal.

Agujeros coronales
Fotografías de agujeros coronales observador desde la estación espacial Skylab. Créditos: NASA.

Reconexión magnética

En la atmósfera del Sol se presentan diversos fenómenos, la mayoría son fuertemente dependientes de los campos magnéticos. El plasma es moldeado para crear torbellinos, lluvias, filamentos y mucho más. En algunos casos, las líneas del campo magnético no regresan al Sol, en cambio, dan vía libre a que partículas cargadas escapen sin mayor resistencia al espacio. Este fenómeno es el llamado agujero coronal y se muestra en longitudes de onda del ultravioleta lejano como regiones oscuras. Cabe resaltar que es un fenómeno diferente a las manchas solares.

En 2024 se observaron varios agujeros coronales que fueron evolucionando lentamente. En algunos momentos estos se extendían por más de 800 000 kilómetros y podrían incluso contener 60 veces la Tierra. Incluso se dividían en dos.

En 2013, 2015, 2016 y 2018, sondas de la NASA y la ESA registraron agujeros coronales todavía más grandes que los de los últimos dos años.

En 2013 y 2015 el hemisferio norte estaba opacado en su gran mayoría por agujeros coronales extensos.

Agujero coronal 2013
Créditos: SOHO/ESA/NASA.
Agujero coronal
Créditos: NASA/SDO.

En 2018 el panorama era mucho más imponente, además de extender más sobre el disco del Sol, este presentaba una estructura diferente al no ser una región oscura continua y conectada. En cambio, este agujero coronal no es continuo, mostrando una estructura granular no homogénea con el plasma circundante.

Agujero coronal
Créditos: SDO/NASA.

Sin duda alguna, de los agujeros coronales de los que se tiene registro, el observado en 2016 es el más imponente. Su tamaño no solo superaba con creces el de la Tierra, sino que se extendía en gran parte del hemisferio norte, alcanzaba la región ecuatorial y se acercaba al hemisferio sur.

Agujero coronal 2016
Créditos: SDO/NASA.

Los agujeros negros son procesos naturales dentro de los ciclos del Sol, sin embargo, su vigilancia es crucial para entender la estrella y poder proteger la humanidad de una llamarada solar que pueda afectar gravemente la red eléctrica y los satélites. Cabe destacar que solo hay registros desde finales de la década de los setenta y en el pasado pudieron ser considerablemente más grandes.

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