Dudas con los cohetes europeos: el informe oficial del accidente del Vega C

Transfer and integration of the Zefiro 40 second stage 1

Ya tenemos el informe oficial sobre el accidente del Vega C VV22. Este no parece tan dramático como originalmente habíamos señalado, rasgándonos las vestiduras en una columna inmediatamente después del accidente. Pero sobre todo, en yuxtaposición a lo que señalábamos de Rusia la semana pasada, Europa ha ido de frente. Ha señalado el error, sin prisa, parando las operaciones el tiempo que hiciera falta para corregir las deficiencias.

Vega C Z40 VV21 integration scaled
Imagen del traslado de la problemática etapa en la misión anterior. Fuente: ESA

Señalados los puntos positivos, toca hablar de los problemas. Este comité ha sido lento, muy lento, y el arreglo no parece que vaya a ser sencillo tampoco.

Estamos de acuerdo en que una revisión de un accidente de un cohete es lenta, deben repasarse muchísimos datos de telemetría, imágenes y hacer pruebas.

Y aunque en su momento erramos la que parecía la causa más probable del accidente. Seguimos profundamente disgustados por como se está llevando el problema. Que no deja de ser que Arianespace no está siendo capaz de afrontar un problema tan simple como mantener la independencia del acceso al espacio.

Y de hecho, mucho menos dramática que el hecho de no saber construir un cilindro, si no que, el fallo estaba situado en la tobera del motor.

La causa oficial de la causa ha sido una sobre erosión de la protección carbono-carbono de la tobera. Esto se debe a que al parecer la mezcla no era adecuada, esto es un error de diseño, moderado, los hay mucho peores que no salen hasta mucho tiempo después.

También es de justicia señalar que viendo los sucesivos exitosos que se suceden en otras partes del mundo, sería bonito que Arianespace tuviera un cohete que se pudiera considerar fiable. Esta es una lacra que asola al programa de cohetes europeo desde hace años, donde no se pueden justificar sus altos costes por una mayor fiabilidad.

Aunque, señalemos que lo que ha logrado SpaceX con su Falcon 9, especialmente su versión Block 5 es asombroso. Es muy pronto para aventurarlo, la cantidad de vuelos que ha tenido el cohete americano no se acerca aún al número de horas que debe volar un avión para lograr ser certificado para su uso comercial.  Pero, en algún momento, los cohetes podrían llegar a tener la fiabilidad de un avión. El actual récord impoluto de lanzamientos, y que lleven más de un año sin haber fallado un solo aterrizaje, habla muy bien de los de Elon Musk.

Por otra parte, no hace falta buscar un ejemplo de todo lo que si hay que hacer en el espacio. Una empresa mucho más intermedia como es United Launch Alliance. Clásico representante del “old space“, también mantiene un récord impoluto de lanzamientos de su Atlas V. Pero el Atlas V lo ha logrado en un periodo de tiempo mayor, con menos lanzamientos. Por lo que el logro de la revolucionaria empresa del Falcon 9 es más valioso.

En esta editorial hemos señalado nuestro propio fallo, al igual que hemos minimizado, como debíamos, el incidente del Vega C. Pero eso no quita para que sigamos vigilantes, estamos muy desencantados con la empresa francesa. Pronto veremos los primeros lanzamientos de start ups europeas de cohetes y eso debe hacer que el producto europeo mejore, no empeore.