Tras casi cincuenta años (en dos semanas será el 50 aniversario del último vuelo del Saturno V), la humanidad al fin ha logrado recuperar su capacidad de enviar seres humanos al único satélite natural del que dispone nuestro planeta.
El SLS ha llevado casi una década de fabricar, probar y poner en servicio, pero al final, este miércoles en la madrugada nos deleitó a todos con las impresionantes imágenes de su ascenso. Nos quedamos sin aliento al ver esos RS-25 funcionando, acelerar hasta el 106%, el shock de encenderse los enormes SRB que ayudan al despegue de este enorme cohete, eso va a durar tiempo en nuestras retinas.
El lanzamiento fue un momento muy emotivo en esta redacción, estábamos todos encandilados, aunque fuera yo el que tuve el honor de ponerlo por escrito y narrar este gran acontecimiento.
En realidad, estuve todo el rato en shock, desde que el sistema de eliminación del exceso del hidrógeno (las chispas que se veían antes del despegue). Seguí hablando por pura inercia, aquella transmisión en Youtube fue compleja, al final con la dedicación de todos salió adelante, seguramente la mejor mañana del año. Pero mientras escribo estas líneas no hago sino revivir esas imágenes. Y puedo afirmar que el resto de la redacción está igual.
Aunque debo decirlo, hemos tenido discusiones respecto a este cohete. Todos estamos de acuerdo en lo fundamental: nos encanta el SLS, es el Saturno V de nuestra generación, término que cada día gusta menos. El SLS se ha ganado por derecho propio ser conocido por sus logros, nos va a devolver la Luna.
El SLS es un cohete muy mejorable pero es nuestro cohete
Para ser claros en esta editorial, hay dos corrientes de pensamiento en la redacción y creo que merecen la pena ser comentadas. No es este un medio de pensamiento único, así que estas líneas sirven para dar voz al sentir de AstroAventura a través de quien la hacen día a día. Unos creemos que el SLS es un cohete muy mejorable, que queda por detrás del Saturno V en varias métricas importantes. Otros, sin embargo, optan por la vía optimista y se centran en una visión más positiva, la humanidad puede volver a viajar más allá de la órbita baja, un lugar que después de sesenta años de exploración continua, se nos antoja ya pequeño para la imaginación humana. Que lo relevante es apoyar al gran cohete naranja ya que las comparaciones son odiosas.
Y aquí es imposible no estar de acuerdo. Ni la NASA, ni ninguna otra agencia espacial del mundo, han sido capaces de enviar humanos a la Luna en estos cincuenta años que han pasado desde que el Saturno V fuera dado de baja. La dedicación presupuestaria, de capital político y de otros factores que ha requerido la NASA para sacar adelante este proyecto es simplemente desmesurada.
Y aun así, ha estado relativamente cerca de sufrir la cancelación en más de un momento. Por suerte aquellas enrevesadas ideas sobre enviar la Orion a bordo de un Falcon Heavy nunca prosperaron. Análisis posteriores vieron que aquella idea era peregrina además.
En resumen, queremos despedirnos de todos en lo que ha sido una semana preciosa, donde la actualidad la ha regido por completo el SLS. Un cohete, que todos amamos, aunque creamos que pueda ser mejorable. Sin más, buena semana a todos y gracias por elegir seguir estos emocionantes momentos de la edad de plata de la carrera espacial con nosotros.