El legado de la Estación Espacial Internacional será tan grande como lo es en tamaño, puede que más. Y el legado proyecta una larga sombra sobre aquellos que lo siguen.
Está claro que tardaremos algunas décadas en ver un proyecto semejante, y que si se aborda será de una forma radicalmente diferente. Vivimos una época gloriosa de la exploración espacial y que haya varias estaciones espaciales en construcción a la vez lo demuestra.
Pero la Gateway demuestra más cosas. Cuando Estados Unidos dice que va a volver a la Luna para quedarse, uno tiene dudas. Y es normal, el siglo pasado se nos vendió la idea de que se iría a Marte y a todos lados. Se nos vendió la idea de que habría coches voladores y otros elementos de ciencia ficción semejantes. El futuro rara vez es tal y como lo concebimos, pero lo afrontamos igual.
Gateway quiere acercar ese futuro, las propuestas para explorar más allá con esta estación espacial son viables, pero irrealizables. Simplemente la NASA, ni siquiera con otras agencias espaciales como la europea, la japonesa o la canadiense puede costearlo. Pero volver a la Luna y quedarse allí será mucho más fácil una vez esta estación este en órbita lunar. Simplemente podremos ir cuando queramos. Siempre habrá un lugar al que llegar, aunque sea a miles de kilómetros sobre la superficie de la Luna.