Por ejemplo, en el proceso de minería y procesamiento del hierro, parte del producto final podría ser empleado para fabricar más robots mineros. En el inicio de las operaciones el rendimiento será bajo, pero al cabo de una generación se contaría con el doble de capacidad de trabajo. A la siguiente generación ya se contaría con el cuádruple, luego en un factor de 8, 16, 32, y así sucesivamente hasta poder realizar operaciones a escalas planetarias en el lapso razonable. De forma general cada vez se gastarían más recursos, pero la cantidad extraída sería mucho mayor.