El impresionante despegue del mayor cohete de combustible sólido de la historia desde un barco

mejor foto lanzamiento

China sigue avanzando en sus programas de cohetes, especialmente impulsada por sus empresas privadas. En el caso de este Gravity 1 hemos visto un lanzamiento doblemente espectacular, primero, por ser desde un barco, que pese a innovador, no resulta ya sorprendente ni novedoso. Por otro lado el lanzamiento de un cohete de combustible sólido siempre deja la piel de gallina al espectador.

Imagen del ascenso scaled
Imagen del ascenso del Gravity-1

El declive de los combustibles sólidos

EL uso de los combustibles sólidos en los cohetes espaciales está en desuso en occidente. Además, en Rusia nunca había llegado a alcanzar ninguna popularidad, por lo que parecían destinados a erradicarse. Sin embargo, estos lanzamientos, aunque espaciales y de satélites no es complicado negar que sean cohetes espaciales.

Serían ICBM, Misiles Balísticos de alcance Inter-Continental por sus siglas en inglés reconvertidos. Procedentes de los arsenales militares, al llegar a su fecha de caducidad, resulta más barato y eficiente lanzarlos con algunas modificaciones y cargas de pago.  A este ejemplo responden el antiguo Dnieper soviético y posteriormente ruso, que incluso conservaba el lanzamiento “en frío”. En este tipo de lanzamiento un pistón de gas o un explosivo de baja potencia impulsa al cohete fuera de su lugar de lanzamiento, en este caso un silo subterráneo, antes de encender el motor principal. Su principal ventaja es disminuir el daño producido a las instalaciones de lanzamiento, aunque aumenta algunos riesgos.

En Europa existe un cierto desacompasmiento entre los nuevos lanzadores y el futuro legal de los mismos. Teóricamente, con la normativa DNSH posible que ni el Ariane 6, ni el Vega C, ni el Vega E puedan recibir nuevos fondos para el desarrollo. Al menos eso es lo que se destila de los informes del programa español para adoptar un lanzador nacional.

Foto preparacion
Imagen del barco y el lanzador previo al despegue

Un nuevo record para la nueva potencia espacial

China ha protagonizado pocos éxitos a la hora de hablar de cohetes. Su capacidad de carga es aún un lastre en el programa espacial, especialmente en el ámbito tripulado. Y aunque si bien es cierto que el CZ-5 ha venido a solventar la mayoría de los mismos, que su versión ligera sea un peligro público no habla bien del vehículo. Este cohete es el famoso cohete fuera de control que se repite con cada lanzamiento de su versión B como hemos cubierto también en esta web.

Pero existe un matiz importante en este caso. El Gravity-1, nombre de este lanzador es propiedad de una empresa privada, Orienspace. Aunque tampoco es una novedad que una empresa privada bata récords en este sector, esencialmente desde la aparición de SpaceX.

Sobre el lanzador en sí mismo no hay mucho que decir, la información es relativamente exigua. Tiene una capacidad de carga de 6,5 toneladas de carga a órbita baja. Aunque esto es usando una tercera etapa de combustible líquido que no se habría usado en este vuelo si no que sería sólido. El lanzador está impulsado por cuatro aceleradores laterales y tres etapas centrales que le confieren una altura total de 29,4 metros.

La compañía está trabajando ya en otro cohete de mucho mayor tamaño llamado Gravity-2 que prescindiría del combustible sólido excepto para los aceleradores laterales. El nuevo vehículo superaría en capacidad al público CZ-5B, con 25,6 toneladas.

Foto lanzamiento

El sector privado chino es muy boyante y solo algunas pequeñas historias acaban haciéndose notables sobre ellas fuera. La competencia es atroz, pero la demanda es tan exageradamente alta que los propios ayuntamientos de ciudades importantes, y no tanto, financian a empresas para ayudarlas a lanzar cohetes. La tendencia no es si no a aumentar y además con cohetes que crecen rápidamente no solo en tamaño si no en complejidad. Mención aparte requiere la expansión que está teniendo el combustible sólido, mucho más indicado para misiles militares que para cohetes civiles.

Martín Morala Andrés